Lo veíamos como algo lejano. Cada verano, hasta 2009, aparecía uno que otro caso de dengue importado en Tucumán. Pero ese año todo cambió: perdimos la inocencia ante una enfermedad. Ahora, el riesgo se asoma en cuanto se acaban los inviernos y empiezan las lluvias y los calores.

El de 2020 es el tercer brote importante que se registra en la provincia desde 2009. La infectóloga Aída Torres se anima a adelantar que es histórica la cantidad de pacientes que en este año se contagiaron de la enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti. Muchos no están en los registros, pero se ven en las consultas médicas, así como también se nota un importante incremento de casos graves.

Torres asegura que en los hechos el dengue ya es endémico en Tucumán. “Si bien no hay una explosión de casos todos los años, desde hace una década el virus va y viene, y siempre se están notificando pacientes con la enfermedad, en cada verano u otoño”, resaltó.

Según la experta, no le dimos la importancia que este virus requería y ahora estamos pagando las consecuencias. Por primera vez en la historia, hubo tres muertos por esta patología en Tucumán y más de 100 internados con signos de alarma.

¿Qué favoreció a que esta enfermedad se instalara en nuestra tierra? “Principalmente el descontrol. No somos una provincia limpia ni prolija. Y ese es el mejor escenario para el mosquito”, evalúa la profesional.

¿De qué depende que el dengue no se instale con virulencia todos los años en Tucumán?  “De que haya un cambio cultural”, resume. “Parece sencillo, pero es lo más complicado del dengue: que la prevención pase por limpiar la casa, por tirar los recipientes en desuso, por sacar el basural de un barrio, por controlar la higiene de un hogar y de toda una ciudad. Hay lugares en el mundo que sí lo lograron”, añade.

Hay otros factores que entran en juego y que también pueden ser determinantes a la hora de hablar de epidemia o endemia de dengue, señala la infectóloga. “En gran parte depende de la circulación del Aedes. Por eso, no es una buena noticia que tengamos inviernos menos fríos y mosquitos más resistentes a temperaturas bajas porque pronto van a instalarse en nuestra casa todo el año. Otro punto que también influye es la cantidad de personas que ya tuvieron la enfermedad y que están inmunizadas. Pero no olvidemos que el dengue tiene cuatro serotipos y que en una segunda infección con un tipo del virus distinto puede ser más grave”, recalca.

Muchas de las patologías endémicas son enfermedades descuidadas. ¿Corremos el mismo riesgo con el dengue? El interrogante queda abierto. Para Torres, es cierto que es una infección sobre las cual la ciencia médica o la investigación no ponen mucho de sus recursos. Eso explica, en parte, por qué el dengue existe desde hace tantos años (desde 1779 al menos) y las vacunas hasta ahora fabricadas son poco efectivas.