La flota tiene que estar motivada en estos días en los que no se puede navegar por el aislamiento social preventivo obligatorio. Así que el club de Vela Tucumán se valió de los recursos tecnológicos. “La idea principal del video fue concientizar a la gente que se puede acceder a otras opciones fuera de nuestro medio natural, que es el agua”, sintetizó Felipe Garretón, presidente del club. En la filmación, al nauta se lo ve haciendo flexiones de brazos apoyado en una mesa de jardín que está en un balcón.

“Mostramos a navegantes del club de distintas categorías haciendo, por ejemplo, gimnasia en su casa. También intentamos generar ánimos: solo es un tiempo y sabemos que, pasado esto, volvemos al agua”, aportó Garretón otro de los motivos del por qué de la filmación. En los espacios virtuales también llegó un meme muy relacionado con la actividad deportiva que ellos practican: una orca saliendo del agua y pájaros. Una frase acompaña a la hermosa imagen: “El Cadillal luego de 9 días de cuarentena”.

JUSTOS. Máximo ensaya una patada hacia su papá Carlos en el living de casa.

“Es gracioso, pero tiene mucho de cierto. La huella del hombre en la naturaleza es más negativa que positiva”, sentenció Claudia Burgos. Ella es principiante y en el video se la ve haciendo yoga, una práctica altamente positiva para reforzar aspectos técnicos del yachting. Su planteo lleva al análisis. La tierra está teniendo una suerte de “respiro” del hombre. Cuando termine el aislamiento, se perderá rápidamente la limpieza que se puede haber generado si es que el ser humano vuelve al lugar con los hábitos contaminantes. “Sólo se mantendrá si se disminuye la basura que deja la gente”, indicó Carlos Medina, que además de navegar en un micro volker cabinado es magister en Ingeniería Ambiental y responsable de Higiene y Seguridad de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres. “El color del agua se debe al sedimento arrastrado por los ríos que aportan al dique. Industrias contaminantes río arriba no hay”, explicó el experto, que por estas horas pasa el aislamiento practicando karate junto a su hijo Máximo, además de ejercitar específicamente para su deporte.

“La realidad es que se trata de un dique muy limpio. La cota baja y sube mucho, entonces tiene renovación y eso oxigena el agua”, brindó más detalles Garretón.

HÁBIL. La flexibilidad de Burgos es óptima. El yoga además le brinda calma.

Cuando navegan, reconocen que siempre se topan con basura y la recogen. Ahora, que no está yendo gente, es probable que el paisaje haya cambiado favorablemente. Pero cuando vuelva el público… “Los que vamos a El Cadillal a practicar actividades y los que viven ahí cuidamos ese espacio porque es donde somos felices”, aclaró Burgos. Cuando la pandemia pase y el deporte acuático tenga “permiso” para volver al espejo de agua habrá que apelar más que nunca a ese espíritu de los guardianes del dique.