Apenas tres partidos duró la edición inaugural del proyecto más ambicioso del rugby sudamericano: la Superliga Americana, el primer torneo profesional de la región, fue cancelada hasta 2021 en pos de la seguridad de los jugadores y cuerpos técnicos ante la pandemia de coronavirus. Si bien el certamen ya había sido suspendido provisoriamente el sábado tras el partido entre Selknam (Chile) y Ceibos (Argentina), las autoridades decidieron -de común acuerdo con representantes de las cinco franquicias participantes- que la situación ameritaba una interrupción definitiva por este año.

“A partir de la incertidumbre que reina en la actualidad, la imposibilidad de planificar con cierto grado de certeza los pasos a seguir, la necesidad de los jugadores de regresar a sus países y hogares y la ventana prevista para esta Superliga, la decisión se tomó con celeridad para evitar mayores problemas futuros”, explicó la organización del torneo en un comunicado.

DESDE PARAGUAY. Nicolás Proto regresó desde España para estar en la Superliga, pero sólo llegó a jugar un partido. “Se formó un gran grupo, pero hay que acomodarse y seguir para adelante”, indicó.

Sebastián Piñeyrúa, presidente de Sudamérica Rugby y de la Superliga, explicó: “conocemos la realidad de los cinco países afectados, esta situación está generando demasiado daño y debemos limitarlo al máximo. La decisión que hemos tomado permitirá a los jugadores y cuerpos técnicos regresar a sus hogares antes del cierre de fronteras, y a las Uniones tener más claridad en su accionar inmediato”.

La interrupción hasta el año que viene también le dará a tiempo a la organización de limar algunas imperfecciones propias de un torneo lanzado a las apuradas, que hasta poco antes de su inicio tenía aún tantas cosas por resolver que se había pensado en postergarlo para 2021. Además, hasta entonces podrían surgir nuevas franquicias, entre ellas la de Colombia, Cafeteros Pro, que este año sólo iba a participar de un repechaje y recién en 2021 se incorporaría de forma definitiva.

De todos modos, esta breve experiencia sirvió como prueba piloto para comprobar que el proyecto tiene potencial, y que las franquicias pueden generar un sentimiento de pertenencia en sus respectivos países. De hecho, entre los tres partidos que se disputaron, hubo un total de 15.000 espectadores. Nada mal para un torneo que recién comienza y con equipos que no existían.

Tucumanos

Son varios los jugadores tucumanos afectados por la cancelación de la competencia. “Es una noticia muy triste. Ahora estamos solucionando el tema de los contratos y ya nos volvemos. Si bien el torneo volverá el año que viene, los equipos perdieron mucha plata. Y no da el calendario para hacerla más adelante este año, porque los otros equipos tienen otros compromisos”, señaló Gabriel Ascárate, capitán de Olimpia Lions (Paraguay), franquicia en la que también estaban Máximo Ledesma, Santiago Resino, Juan Ávila y Nicolás Proto. Este último, quien regresó desde España para jugar la Superliga, expresó: “era grande la expectativa que tenía por jugar esta torneo, pero bueno, hay cosas peores. Veremos si se da otra oportunidad en el futuro. Me apena porque se había formado un gran grupo humano, pero hay que acomodarse y seguir para adelante”. ¿Un eventual regreso a Tucumán Lawn Tennis? “Si el trabajo lo permite, sería algo muy lindo”, comentó.

Ignacio Albornoz, el único tucumano en Selknam, lamentó que la competencia se truncara en la mejor parte. “Ya habíamos dejado atrás la pretemporada y la adaptación. Justo estábamos empezando a jugar. Fue dura la noticia. Ahora hay que volver, hacer la cuarentena y ver cómo sigue todo”, comentó el de Tucumán Rugby, quien llevada ya dos meses instalado en Chile.