“Amigo, quedate quieto que ya perdiste”, le decía un hombre al delincuente que estaba tirado en el piso, y que minutos antes había asaltado en una casa de seguros. En su intento de huida, el sospechoso fue reducido por un grupo de personas que lo contuvieron hasta que llegó la policía. 

Justamente, su captura por parte de los civiles fue la puerta de entrada para dar con una persona que se encontraba prófugo de la Justicia. Se trata de Dario Rúben Tapia Gallardo, quien estaba preso en Villa Uruiza desde 1999, pero que en enero se había escapado durante una salida para visitar a su familia, en Simoca, a menos de un año de completar su condena por doble homicidio

Sí, este hombre era intensamente buscado, pero cayó en su propia trampa: robando, otra vez. Según la denuncia, Gallardo, alrededor de las 20, entró a un local ubicado en calle Celedonio Gutiérrez al 900 y asaltó con un arma de fuego a las personas que estaban adentro. Luego, al intentar escapar en la moto de uno de los empleados, fue capturado y reducido por civiles que vieron el hecho.

Una vez en el piso, al delincuente se le secuestró su arma, cartuchos y la motocicleta. Los agentes lo trasladaron luego hacia la comisaría por razones de seguridad, debido que estaba a punto de ser linchado por las personas que se encontraban allí. Se supo -además- que al asalto lo realizó junto a un cómplice, pero que escapó en otro vehículo.

Sorpresa

Ya en la dependencia policial, cuando se le tomaron los datos al sospechoso, la sorpresa fue mayor. Se trataba de un preso de 45 años, quien en enero de este año se había escapado ante el descuido de los policías que lo vigilaban durante una salida que le habían accedido para visitar a su familia, en Simoca.

Gallardo había saltado desde un balcón de la vivienda en la que se encontraba y se fugó en un automóvil color blanco, similar a un VW Gol.