Cumplidas las dos semanas de cuarentena en el crucero Diamond Princess, hoy finalmente comenzó el desembarque de los al menos 3.000 ciudadanos que estaban a bordo.  

Parecía el fin de una terrible pesadilla. Sin embargo, solo 500 personas tuvieron la suerte de ser evacuadas hasta el momento. Por su parte el contingente argentino denuncia que las autoridades nacionales no se preocuparon de brindarles información ni asistencia logística para regresar a Argentina.

Confusión, incertidumbre y angustia son las sensaciones que expresaron los viajeros a distintos medios nacionales.

“Esto es un desastre, la verdad es que no sé nada. Ahora dicen que los hoteles de Tokio no nos aceptan”, comentó una pasajera a La Nación.

Por su parte Cancillería informó que los operativos de evacuación durarán tres días. En medio de esa espera, la exaltación y ansiedad por volver a casa se hace cada vez más intensa.

Como si fuera poco, la angustiosa experiencia cuenta con un elemento casi insoportable: el encierro. “Es terrible la falta de información, te come la cabeza, ya se fueron coreanos y australianos. A nosotros no nos dicen nada”, concluyó.

“Es una tortura psicológica, no sabemos si el virus se transmite por la ventilación o no, si funciona o no la cuarentena”, aseguró otra argentina en un diario que publicó narrando la experiencia.