La semana que acaba de finalizar estuvo signada, desde lo económico, por la deuda. Comenzó con el fracaso en la licitación de los títulos en pesos con los que el Ministerio de Economía pensaba pagar el “bono dual”, y finalizó con un derrumbe los mercados argentinos tras la presentación del ministro Martín Guzmán en la Cámara de Diputados. En el medio, el martes pasado, el Gobierno anunció el reperfilamiento del pago del bono AF20 para septiembre, un hecho que los economistas calificaron de “mala señal” para la negociación con el resto de los acreedores, la cual ya se encuentra en el horizonte próximo.

El miércoles, el ministro de Economía dio los lineamientos sobre la “sostenibilidad” de la deuda, planteando tres escenarios posibles. Antes que nada, es necesario definir este término, utilizado en reiteradas ocasiones por Guzmán y que, desde su visión, es el eje sobre el cual se debe regir la futura negociación, para poder abarcar los escenarios. “Sostenible” en economía es aquello que se puede mantener durante un largo tiempo sin causar un grave daño, según la Real Academia Española (RAE). Por lo tanto, una deuda sostenible es aquella que se puede cumplir, sin causar un grave daño en el futuro. Así lo interpreta un informe de Invecq Consulting, en el cual propone que esa sostenibilidad se debe medir en dos aspectos, el fiscal y el exportador. La firma especializada analiza los tres posibles marcos establecidos por Guzmán en estas dos claves.

Tres escenarios

El primero de ellos, en el que la economía crecería un 2% anual pero no se haría ningún esfuerzo para hacer que las cuentas públicas cierren, se alcanzaría el equilibrio fiscal en 2026 y se lograría un superávit primario de apenas el 0,3% del PBI recién en 2030.

El segundo, en el que Guzmán prevé que se deberá hacer “un poco de trabajo”, pero no especifica qué medidas lo conformarán, permitiría alcanzar el equilibrio primario en 2023 y contar con un superávit de entre 0,6% y 0,8% del PBI “unos años más tarde”.

El último de ellos, que para el ministro requiere de un cambio en la dinámica fiscal, daría como resultado un equilibrio primario para 2022 y un superávit primario de 1% del PBI en 2026 y de 1,2% del Producto en 2027.

“La velocidad del ajuste (entendido como reducción del déficit fiscal) en relación al período 2016-2019 es significativamente menor. Si la corrección del déficit durante el gobierno anterior fue calificada como ‘gradualista’, la nueva estrategia sería hiper gradualista”, es la primera observación que realiza el informe de Invecq. Pero, más allá de la comparación con el esquema seguido por el Gobierno de Mauricio Macri, la consultora hace énfasis en la percepción de los acreedores, aquellos a quienes Argentina debe convencer de que su plan es “sostenible”.

Aunque en realidad, lo que la gestión de Alberto Fernández apunta según Invecq es a demostrar lo contrario, que el calendario de pago de la deuda como está estructurada al día de hoy (3,5% del PBI por año) es “insostenible”. Si a esta lectura se le aplica la definición de la RAE, significa que el esquema actual no se puede mantener durante un largo tiempo y que causará un gran daño en el futuro. “En su visión, la austeridad fiscal no funciona en un contexto recesivo, ya que el impacto sobre la demanda agregada de una mayor contracción del gasto público generaría menor actividad económica, menor recaudación y, consecuentemente, igual déficit fiscal” grafica la consultora sobre la perspectiva desde la cual el ministro de Economía se sostiene para realizar su panorama.

Plazo de gracia

Por lo tanto, la consultora deduce que la propuesta de reestructuración que presentará Guzmán ante los acreedores la segunda semana de marzo incluirá años de gracia, es decir un plazo en el que la Argentina no le pague a sus acreedores. Durante este tiempo, el país lograría salir de la situación recesiva que atraviesa y mediante el fomento la exportación conseguiría los dólares para cumplir con sus obligaciones en los años venideros.

Otra posibilidad, según Invecq, es que el Gobierno recurra a la emisión monetaria para pagar los intereses en pesos y comprar también los dólares del superávit comercial para pagar los intereses en dólares. En ambos casos, la consultora observa: “implica necesariamente una negociación más dura con los acreedores”.

Con todo esto, y teniendo en cuenta que nos encontramos en la cuenta regresiva para que la propuesta de reestructuración esté sobre la mesa, Invecq advierte que la última semana ha sido un vuelco en la negociación con los bonistas. “La mejora de las perspectivas que se habían dado durante diciembre se ha revertido”, es la conclusión de la firma de asesoría económica.

ESCENARIO 1

“Seguir con la inercia”
Guzmán argumentó que si no se hace ningún esfuerzo desde lo fiscal, la economía crecería a un 2% anual pero se llegaría el equilibrio fiscal en 2023 y un 0,3% de superávit recién en 2030.

ESCENARIO 2
“Un poco de trabajo”
El ministro de Economía planteó en su exposición que otra posibilidad es alcanzar el equilibrio fiscal en 2023 y arribar al superavit de entre 0,6% y 0,8% ”unos años más tarde”.

ESCENARIO 3
“Con gran esfuerzo”
El titular de Hacienda propuso que si se realiza un cambio en la dinámica fiscal, como resultado se observaría el equilibrio fiscal hacia 2022 y un superávit primario de 1,2 del PBI para 2027.

Fechas clave
Durante la última semana, la negociación con los acreedores fue prácticamente el tema excluyente en materia económica. El calendario publicado por el Ministerio de Economía muestra los pasos a seguir.

1- Lunes 10
La estrategia del ministerio de economía para cancelar el bono “AF20” era conseguir
financiamiento en el mercado local licitando un bono en pesos. El plan resultó un fracaso.

2- Martes 11
Lo sucedido el martes llevó a los funcionarios de Hacienda a elegir entre posponer el pago o emitir para cancelar el bono dual. Se optó por el reperfilamiento del capital.

3- Miércoles 12
Ante la Cámara de Diputados en pleno, el ministro Martín Guzmán expuso los lineamientos con los que negociará con los acreedores y respondió algunas de las 119 preguntas de los legisladores.

4- Jueves 13
Los mercados reaccionaron negativamente a las propuestas de Guzmán, con una caída generalizada de los bonos argentinos y un salto del riesgo país por encima del 5%.

5- Fines de febrero
El calendario de Economía  marca que durante los próximos días se llevará acabo la selección de agentes los asesores financieros que realizarán el contrato de reestructuración.

6- Mediados de marzo
La fecha señalada para la presentación del proyecto reestructuración ante los acreedores se ubica en la segunda semana de marzo, según lo publicado por la cartera de Guzmán.