Cerros de colores, como las formaciones de la Quebrada de Las Flechas; quebradas  verdes, como la de San Lorenzo; el gran dique Cabra Corral y su lago; pueblos encantadores como Cachi, Molinos, Seclantás... y una capital en la que todavía se puede respirar aire colonial.

Salta es todo esto y mucho, mucho más; imposible dar un panorama completo, pero, en un intento de resumen, digamos que hay para disfrutar desde museos, festivales folclóricos y desfiles de carnaval, hasta el paseo que te lleva a los 4220 metros de altitud con el Tren a las Nubes; la vista increíble de la ciudad desde el Teleférico San Bernardo y las bodegas de los Valles Calchaquíes, pasando por ferias artesanales y gastronomía local auténtica.

Agua, aire y verdor  

Un circuito por la zona de San Lorenzo, que comprende Vaqueros, La Caldera y Campo Quijano, te permite disfrutar de actividades rurales, hacer cabalgatas y visitar señoriales estancias. Te rodeará la increíble selva de yungas, con sus grandes árboles y las aves autóctonas. La opción “agua” pueden dártela ríos y arroyos; por ejemplo, se puede hacer rafting en el río Juramento, pero la gran estrella de la provincia es el lago Cabra Corral, a cuyas orillas hay varias opciones de hospedaje (foto). El lago tiene 115 km² con playas que permiten relajarse y practicar pesca. Y además, desde las columnas de la pared del dique hace años se practica bungee jumping, deporte que consiste en lanzarse al vacío (en este caso, a las aguas del lago) atados a una soga elástica, y que permite vivir la sensación increíble de la caída libre.