HOCKEY. Ana Paula Riera

Hockey

Ana Paula Riera

Con tono de confesión lo reconoció. “Mi mamá me puso un poco más en conocimiento”, dijo con timidez la jugadora de Tucumán Rugby. Sucede que Riera no sabe demasiado de lo que vivirá el martes porque no estuvo muy atenta a las 17 entregas anteriores. “Supe que el año pasado ganó ‘Vicky’”, tiró el dato sin mucha certeza sobre La Leona, que este año recibirá una distinción especial. Riera quiere poner el “Canillita” a la par de la corona local que obtuvo con su club.

DESCENSO. Juan Pablo Pacios

Descenso

Juan Pablo Pacios

Está también entre los más jóvenes con 14 años. Le gustaría que la prioridad en su vida fuera la bicicleta, pero los ciclos de la vida hay que cumplirlos y, por ahora, la última palabra la tienen los mayores. “Estudiar fue más difícil que andar en bici”, comentó Pacios, estudiante del colegio Tulio García Fernández. “Mis papás me lo piden. No me iría tan bien en el colegio si esa no fuese la condición”, explicó entre risas empuñando con fuerza su bicicleta negra con doble suspensión que lo llevó a ser medallista de bronce en el Panamericano de Villa La Angostura.

ATLETISMO. María Ovejero

Atletismo

María Ovejero

Se la ve entrenar y competir de la misma manera en la que habla: con mucha seguridad. “La verdad, que no me sorprende el premio: yo trabajé para lograr esto. Todos los años los deportistas esperamos este momento de ser convocados como los mejores”, sentenció la atleta, especialista en 10 kilómetros, dueña de las marcas Argentina y Sudamericana y los récords tucumanos en 10 y 15 kilómetros.

Con futuro

Pintan para grandes  

Los tres vivirán por primera vez la entrega de los premios LA GACETA. Sólo Joaquín Cisneros (en el medio) la vivió alguna vez, pero acompañando a su papá que ganó durante varios años en tiro. Nunca tan joven como él con sus 15 años. Para la dama, María Emilia Tula, de 9 años, es todo un suceso recibir la estatuilla apenas tres años después de haber empezado a practicar patín. Francisco Villagra tiene un currículum de adulto para sus 8 años: entre sus logros está ser el segundo tucumano campeón argentino en motocross.

TURF. José Vizcarra

Turf

José Vizcarra

Entre los caballos y el fútbol

Cuando llegó para hacer la sesión de fotos, José Vizcarra aclaró que le iba a costar. Como le costó afrontar los micrófonos en los importantes triunfos que tuvo en 2019. “No me fijé”, se justificó el jockey de 19 años. Es que cuando posó con timidez siguió el pedido hecho por el fotógrafo y se puso de perfil. Lo que no se dio cuenta, es que el costado que eligió de su britch fue el que decía “Guadalupe”. “Tiene tres años, pero ya va al hipódromo y entiende todo lo que hago. Es mi fanática número uno”, reveló Vizcarra que entre sus logros de 2019 se anotó los triunfos en los clásicos “Carrera de las Estrellas”, “Irineo Leguisamo”, “Patria” y “25 de Mayo” todos llenos de emociones y recuerdos que perdurarán en su memoria para contarle a “Guada”, su hija. “Este es el pantalón ganador, con el que cruzo primero y lo considero suertudo”, dijo. Entre tanto triunfo, da la sensación que Vizcarra no le erró a la elección deportiva. Sin embargo, quienes lo vieron jugar al fútbol dicen que quizás es mejor montando caballos a gran velocidad, pero no habría sido mala la decisión si decidía “mimar” a la pelota. Su habilidad es tanta que fue uno de los deportistas recomendados para jugar el partido de “Las Estrellas” que organiza Luis Miguel “El Pulguita” Rodríguez. Vizcarra no se la cree en el aspecto futbolístico. “Algo le entiendo al fútbol. Me defiendo, de eso estoy seguro. Juego en el medio, pero nunca fui a un club; siempre jugué en el barrio”, explicó. Sin embargo, él mismo es que se hace una especie de “piedra libre” y deja al descubierto que el deporte más popular del mundo también tenía el mismo valor que el turf. “Estaba entre el fútbol y esta profesión”, reconoció. Entonces… ¿por qué hizo la elección? “Ganó el caballo porque ellos son pura sangre. Tienen sangre corredora para ganar”, describió con pasión.

GIMNASIA. Augusto Asla

Gimnasia

Augusto Asla

Entre el deporte y la Fuerza Aérea

Lo que puede suceder con Augusto Asla es bastante singular: cuando reciba el premio como el mejor en gimnasia artística, puede que ya esté retirado. “Ojalá lo reciba retirado. Si desapruebo, voy a aprovechar y sigo, pero si apruebo, ya está”, sentenció el gimnasta. Lo que pasa es que Augusto quiere ser piloto de la fuerza aérea. El orden establece que si pasa el examen intelectual, estará habilitado a hacer el examen físico. Salta, este mes, y Córdoba, el próximo, son los destinos en los que será evaluado para acceder a la carrera de cuatro años que cursará en la Escuela de Aviación Militar en tierras cordobesas y donde luego deberá especializarse durante dos años. Piloto de caza, de transporte, de helicóptero, ingenierías, meteorología, entre otras opciones, son las que podrá elegir. “Quiero ser piloto, pero también quiero seguir con gimnasia”, da cuenta Asla de sus sentimientos encontrados por dos estilos de vida por los que quiere lograr un equilibrio. Lo que le generó el deporte no viene desde hace mucho tiempo, como sí su amor por volar. “Hace poco que hago gimnasia, un año. Hacía calistenia y fue un preceptor el que me incentivó”, contó sobre sus inicios deportivos. “Nunca pensé que me iban a dar este premio. Me sorprendió bastante”, reconoció el deportista de 18 años.

SQUASH. Miguel de la Vega

Squash

Miguel de la Vega

Prefiere medirse a un nivel superior. Con 54 años opta por competir contra jugadores más jóvenes. “Pueden ser mis hijos, sin dudas”, reconoce De La Veg, papá de tres. Para los que nos gusta el deporte, es muy desafiante”, destacó el número uno del ranking tucumano. La situación genera una sensibilidad especial, según percibe el jugador. “Cuando mis rivales juegan contra sus pares, en lo que a edad se refiere, me parece que juegan más distendidos. Pero cuando les toca enfrentarme es diferente. Veo que se tiran de cabeza porque me quieren ganar”, contó con una sonrisa.

TAEKWONDO ITF. Valeria Ale


Taekwondo ITF

Valeria Ale

Es difícil imaginar que a Valeria Ale le quede algo por vivir en su larga carrera deportiva. La taekwondista de 40 años tiene títulos en todas las categorías en las que compitió y vivió de todo. Sin embargo, 2019 le dejó una experiencia inédita. “Por primera vez iba con un alumno que competía también. Fue mi debut como entrenadora en un Mundial. Los nervios estaban por los dos”, explicó sobre la experiencia en Bulgaria.


GOLF. Nelson Ledesma

Golf

Nelson Ledesma

“Fue un año redondo en lo deportivo”, así lo considero Ledesma, acompañado de su esposa e hijo. El campeón del Colorado Championship agradeció el premio, destacando que no hubiera sido posible sin sus colores preferidos. “Cuando voy a pelear un torneo, siempre me visto de amarillo y negro. Dicen que el amarillo no es de buena suerte pero para mí funcionó. Estoy contento por el llamado de Buenos Aires (está nominado para los Premios Olimpia que se entregarán el miércoles) y de LA GACETA”, dijo el golfista.


VUELO LIBRE. Adrián Acosta

Vuelo libre

Adrián Acosta

Ya no sorprende que su rendimiento lo lleve una vez más a ganar el premio. Si sorprende lo que vive, no sólo en el aire, también en la tierra. “En Perú, estuve varias horas esperando que me rescataran. Mi caída fue en una zona sin comunicación. La gente de una comunidad quechua, con sus vestimentas propias, me trajo una bolsita de queso, con papas y agua. No hizo falta entender el idioma para que sean cordiales”, recordó.

SÓFTBOL. Ana Sofía Bollea


Sóftbol

Ana Sofía Bollea

Sin chapa de selección

Sí, puede ser muy tentador para una institución tan prestigiosa como la Facultad de Educación Física tener un atleta de alta reputación en su cuerpo docente. Era la posibilidad que tenían con Ana Sofía Bollea que por tercera vez se lleva la estatuilla como la mejor en softbol. Cuando se recibió en 2010, y aunque ya había vestido varias veces la camiseta de la selección argentina, empezó la carrera para ser lo que es actualmente: auxiliar docente en la cátedra de softbol de la Universidad. “Noooo”, responde con contundencia y alargando la palabra negativa cuando se le pregunta si, en casos como el suyo, sirve tener la “chapa” de jugadora de la selección. “Nunca se me pasó por la cabeza tampoco. Me costó mucho. Entré por concurso con jurado y todo. No hay regalos de arriba. Fue contra otros profes, todos más grandes que yo que también tenían experiencia en softbol. El concurso pude ganarlo en 2016”, dio los detalles sobre su carrera de docente. Además de la función que tiene en la Universidad, Bollea aporta desde donde más le gusta, no sólo a la casa de estudio sino también al deporte en general. “Estoy con la ‘escuelita’ de la facultad. “Creció mucho este año. En 2018, teníamos sólo dos categorías: Femenino y Cadetes. Este año agregamos Infantiles, hay casi 20 nenes. Tenemos equipo masculino que está compitiendo hace tres meses en la Liga Tucumana. Los chicos, de entre 5 y 12 años, hacen encuentros. Es más recreativo, todavía no es competencia”, detalló.


MOUNTAIN BIKE. Jorge Biazzo

Mountain Bike

Jorge Biazzo

Ya no hay dudas de por qué le dicen “El Loco”

“Desconozco por qué me dicen así”, respondió Jorge Biazzo. El ganador del premio al mejor en mountain bike obliga al batallón de preguntas para entender el apodo. “El Loco” las responde y así se pudo armar su radiografía. “Por cómo baja. Él se manda, no mide el peligro. Por eso le dicen así”, aportó su pareja. Es en ese momento dónde los datos “locos” empiezan a fluir. Por ejemplo, Biazzo contabilizó que aproximadamente en 2019 corrió más de 30 carreras. “Lo ideal es armar un calendario en base a objetivos y no correr tanto para poder entrenar más. Yo decidí correr lo que se me cruzaba”, dijo riéndose. El otro detalle que delata su “locura” es que decidió competir frente a rivales casi una década menor que él. “Este año me costó todo porque en Elite la exigencia es más dura y quería prepararme de la mejor manera”, explicó el biker. ¿Y para que? “Para ser campeón del mundo Máster”, dijo sin dudar. La mano viene así: por su edad, 36, Biazzo debería competir en Máster, pero, por su objetivo mundialista, prefirió elevarse el nivel al máximo. “No hay carrera que no me haya costado. Viéndolo para atrás, parece fácil porque gané varias, pero me costó mucho todo”, reconoció sin perder la sonrisa el rubio platinado. “Me tiño yo. No voy a la peluquería, ni nada, siempre me gustó hacerlo”, explicó. Llama la atención que sus dedos también estén teñidos, y más llamativo es que el color sea celeste, igual al de su bicicleta. “Le teñí de turquesa a mi hijo. Él eligió ese color. Lo quería desde antes, pero en el colegio no lo dejaban y, como es fin de año, recién se puede”, detalló “El Loco” cuya “locura” parece que ya tiene heredero.