“Tantos kilómetros yo recorrí por vos, será que todavía me haces feliz”. La letra del hit “Kilómetros” de Los Caligaris deja un poco al descubierto todo lo que un hincha siente al dejar todo para acompañar a el equipo que lleva en el corazón.

El fútbol tucumano es uno de los más pasionales del país. Las hinchadas de San Martín y de Atlético no entienden de lógica, llenan sus canchas y también dicen presente en cada estadio que pise su equipo. No importa nada, ni clima, ni presente futbolístico; nada. “Señores dejo todo, me voy a ver a…”. El amor por los colores relega a un segundo plano todo; los hinchas dejan de lado hasta sus propias familias con tal de alentar a sus equipos.

CÓRDOBA TAMBIÉN ES DEL “SANTO”. La filial cordobesa también sigue a San Martín a donde sea que vaya.

La Ciudadela alberga a miles de “locos” por el “Santo” y a cada paso aparece una historia increíble de lo que genera San Martín. “Cada domingo vengo desde Cruz Alta en ómnibus. Dejó todo de lado; mi familia queda en casa y yo me vengo a la cancha. Es así”, explica Elio Cancino, que cada partido que el “Santo” juega en casa, recorre más de 100 kilómetros entre ida y vuelta.

“Hago cualquier cosa por el equipo. Recorro muchos kilómetros en lo que sea porque lo importante es estar en la cancha cada vez que juega el ‘Santo’”, agrega Jorge López Aldo.

Pero el amor no se queda en los límites de la provincia. San Martín tiene hinchas a lo largo y a lo ancho del país y las filiales, en cada rincón del mapa, cada vez toma mayor protagonismo. Así surgieron “Cirujas en Buenos Aires”, “Cirujas de Catamarca” o “Los Cirujas de Córdoba”; casi en su mayoría integradas por tucumanos que debieron dejar su provincia, pero que no pueden olvidar a su gran amor. “Al estar viviendo en Buenos Aires, vamos cada vez que el equipo juega por acá. Por suerte tenemos muchos partidos a los que podemos asistir. Por San Martín hacemos cualquier tipo de esfuerzo”, opina Carlos Luna, por él y por sus compañeros de la filial porteña. Luna no se queda de brazos cruzados. Jura que su equipo lo es todo y lo demuestra con anécdotas. “Una vez vinimos a Tucumán en una camioneta. Éramos 19. Salimos un viernes y volvimos luego del partido. Aquella vez hubo un par de chicos que pudieron conocer La Ciudadela”.

MULTITUD. Los “Cirujas en Buenos Aires” cada vez son más. “Vamos a cada partido que juega acá cerca”, aseguraron.

Pero la locura no reside sólo en Bolívar y Pellegrini. En 25 de Mayo y Chile también está el sentido de pertenencia y la pasión inexplicable. Por ejemplo, el “Decano” tiene un hincha que une Trancas con el Monumental en cada juego del equipo como local. “No me pierdo ni un partido. Siempre hago ‘la previa’ en una cancha de fútbol 7 ubicada en avenida Siria casi esquina Sarmiento”, le confiesa a LG Deportiva Gustavo Marcelo, integrante de la peña “Locura y Pasión Tranqueña”, quien junto a su amado Atlético ya viajó a Uruguay, para ver el juego contra Peñarol y a Mendoza, en la final por la Copa Argentina contra River.

EL VALLE “DECANO”. En Amaicha, la peña “Pasión decana de los valles” es casi una tradición.

Atlético va más allá de la esquina tradicional del “José Fierro”. En Amaicha del Valle o en La Cocha, los “Decanos” se muestran orgullosos. “Pese a que vivimos en la provincia más chica, recorremos 200 kilómetros para venir a la cancha. Con mis amigos nos turnamos para repartir los gastos y estamos presentes siempre”, avisa José Romano de Amaicha. “Nosotros tenemos dos horas de viaje. Pero eso no es ningún impedimento”, remata Julio Eduardo Villagra, del sur de la provincia.

DE TRANCAS CON AMOR. Integrantes de la peña en el norte de la provincia dicen presente cada vez que juega Atlético.

Las historias de pasión se multiplican a cada paso. San Martín y Atlético mueven multitudes y las historias de amor infinito no tienen final; porque el amor por los colores es mucho más fuerte y los hinchas no piensan (ni quieren) decirle basta a su locura.

Atlético, su mejor premio

• Fabián Scalora puso siempre su amor por Atlético por encima de todo. El piloto de rally hace 44 años que va a todos los partidos que su equipo juega como local. No hay nada que lo detenga. “Si hoy tengo que elegir entre una carrera o ir a la cancha, me quedó con ir a alentar a Atlético”, confesó en diálogo con LG Deportiva. Lo más loco que hizo por su pasión fue no quedarse a recibir un premio que había ganado, con tal de llegar a la cancha. “Un día había ganado una carrera en Tafí del Valle. Ahí nomás pegué la vuelta, no me importó el premio. Con el mameluco puesto, en 45 minutos ya estaba en la popular viendo a mi “Decano” contra Douglas Haig”, sentenció y fue más allá: “Atlético es un gran sentimiento”.


A Formosa, en moto

• En mayo de 2005, San Martín jugaba la final de ida del Argentino B, en Formosa, contra Sportivo Patria. La ilusión por el retorno a los primeros planos era inmensa en el pueblo “santo”, tal es así que los hermanos Franco y Gastón Vitaliti decidieron viajar a esa provincia en una moto de 90 centímetros cúbicos. “Salimos un viernes a las 16, cargamos un bolso, un bidón con cinco litros de nafta, otro con aceite, una bujía, un seguro para la cadena y una frazada. Fue una cosa de locos. Pinchamos una rueda en medio del Impenetrable chaqueño, caminamos varios kilómetros hasta que un camión nos acercó al pueblo más cercano. Por suerte pudimos ver el partido y, luego, festejar el título”, le contaron los protagonistas, en aquella ocasión a LG Deportiva.