Un grupo de investigadores tucumanos desarrolla un compuesto a partir de las hojas de frutilla, con propiedades para combatir bacterias y hongos. El bioinsumo ayuda, además, al crecimiento y estimula las defensas de cuatro cultivos de importancia regional. Se presenta como un extracto acuoso, que se atomiza directamente sobre las plantas.

Según dio a conocer el sitio web de la Dirección de Medios y Comunicación Institucional de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), el trabajo superó con éxito pruebas de laboratorio y de campo. La investigación está dirigida por Paula Filippone y por Alicia Mamaní, docentes de la Facultad de Agronomía de la UNT. También participan Carlos Grellet, del Instituto de Tecnología Agroindustrial del NOA, Guillermo Deboeck, de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres y Pía di Peto, del Conicet. Esta investigación había comenzado en 1996 en el Instituto Superior de Investigaciones Biológicas (UNT-Conicet), dirigida, entonces, por los investigadores Juan Carlos Díaz Ricci y por Atilio Castagnaro.

Mamaní y Filippone destacaron que el compuesto viene perfeccionándose durante la última década. Hasta el momento se realizaron ensayos en invernadero y se comprobaron beneficios de protección frente a la “mancha anillada” (soja), frente a la “estría roja” (caña de azúcar), frente a la “podredumbre verde” (limón) y frente a la antracnosis (frutilla), producida por hongos. Las profesionales explicaron que para cumplir la función bactericida y fungicida se precisan altas concentraciones del producto. Y precisaron, no obstante, que una cantidad mucho menor se emplea como estimulador del crecimiento y como inductor de las defensas.

Di Petto presentó su tesis doctoral, que buscó estandarizar el procedimiento de obtención y aplicación del bioinsumo. El estudio apuntó a que la producción del extracto de frutilla resulte económica para su utilización a gran escala, que no sea tóxico para los cultivos ni para el medio ambiente y que, al mismo tiempo, mantenga la efectividad conseguida en el laboratorio. El trabajo obtuvo el primer lugar en la Categoría Tesis de Posgrado de los premios Biovalor, galardón otorgado por la Secretaría de Agroindustria de la Nación.

Propiedades

“El preparado puede aplicarse tanto en cultivos intensivos como extensivos. Es biodegradable, proviene de fuentes renovables y genera un impacto mínimo en el ambiente”, contó Filippone. Mamaní precisó que, en pruebas de laboratorio, el compuesto también resultó efectivo contra bacterias que afectan la salud humana, como Listeria -provoca infecciones alimentarias- y Staphylococcus aureus -causa infecciones cutáneas y de las mucosas-.

Los científicos tucumanos patentaron la investigación en México, en Brasil y en la Argentina. Actualmente, una empresa de nuestro país está interesada en sacar el producto al mercado. Sin embargo, para que esto ocurra, aún se deben realizar ensayos a gran escala, en diferentes regiones y nuevas pruebas de toxicidad.