Para que un deporte se desarrolle plenamente precisa de un espacio adecuado. Las bochas no resultan una excepción a esta regla. Se puede partir de un escenario rudimentario; como en el caso del “potrero” en el fútbol. Pero para alcanzar niveles de excelencia se deberán construir canchas que no desentonen con las de las grandes potencias del deporte.

En nuestro país no abundan instituciones que reúnan estas características. Sin embargo, hay algunos. “El Gobierno de La Pampa hizo un estadio único, con dos canchas bajo techo. Pero la mayoría de las canchas del país son precarias”, dijo el tesorero de la Confederación Argentina de Bochas, el tucumano Raúl Enrique Quirós.

A principios de este año, durante el discurso de apertura del Mundial de Bochas que se realizó en Tucumán entre el 6 y el 11 de marzo, el gobernador, Juan Manzur, había prometido que aquí se construiría el Estadio Nacional de Bochas de Argentina. “Este es un anuncio oficial. Vamos a poner en marcha todo lo que tiene que ver con los papeles. Me dicen que la situación económica en Argentina no está bien pero quiero decirle que a veces para cumplir los sueños no hace falta plata. Cada uno va a hacer el esfuerzo, la plata va a aparecer”, había dicho el mandatario.

En el ámbito nacional, según contó Quirós, existen varios proyectos para avanzar con la construcción de canchas en los penales. “El presidente de la confederación Argentina de Bochas, Héctor Limardo, se reunió con el director del penal San Martín. En esa cárcel se armará una cancha y se pondrá un instructor que les enseñe a jugar a los reclusos. La Confederación Argentina está dispuesta a poner bochas en los penales que sean necesarios y que lo soliciten”, anunció Quirós. Y recordó que hacia la década del 70, el penal de Villa Urquiza contaba con canchas de bochas. “A cada recluso le habían regalado un juego de bochas de madera”, dijo.