Los legendarios Hermanos Ábalos fueron constructores esenciales del folclore argentino. Ayer, a los 97 años partió Víctor Manuel Ábalos -desde y para siempre Vitillo- al cielo de la cacharpaya, que habitan sus hermanos Machingo, Adolfo, Roberto y Machaco.
Hasta anteayer Vitillo cantó con dulzura santiagueña; tocó en el cuero tenso del bombo el corazón de la chacarera y bailó como un chango en el patio de tierra. Como todo abuelo sabio, hasta sus últimos días compuso, escribió y enseñó a los jóvenes la materia prima del amor incondicional a la tierra que lo vio nacer. Y el martes recibió el Gran Premio de Honor 2019 de la Academia Nacional del Folklore.
Hace ya décadas, junto a sus hermanos había revolucionado la manera de difundir la música nativa a través de sus danzas, su repertorio, sus discos y sus presentaciones en vivo, que siempre eran fiestas.
Santiago del Estero lo vio nacer en una familia de músicos el 30 de abril de 1922, el penúltimo de los cinco hermanos. Desde los 11 años, en la compañía infantil de Andrés Chazarreta, aprendió a bailar 40 tipos de danzas folclóricas. Integró Los Hermanos Ábalos durante casi 60 años y continuó su carrera con “El patio de Vitillo Ábalos”, un espectáculo itinerante que congregaba a folcloristas de todo el país.
“El patio... “ se instaló luego en Radio Nacional Folklórica, donde hasta el 4 de octubre regaló a los oyentes los diversos géneros de la música nacional. Allí desempolvaba toda la música que había creado y recopilado con sus hermanos; allí repasaba la historia de la creación nativa y su evolución. Y nunca se olvidaba de sus clásicos.
El 30 de abril de 2018 cumplió años con el estreno del documental “Ábalos, una historia de cinco hermanos” , que protagonizó, dirigido por su sobrina nieta, Josefina Zavalía Ábalos: estuvo en Tucumán en el estreno local, en mayo, en el Espacio Incaa.
Conoció a Los Beatles y tocó con Louis Armstrong, siempre desde la estirpe fundacional del folclore nacional. En su honor suenan, en los oídos argentinos, “Nostalgias santiagueñas”, “Chacarera del rancho”, “La 7 de abril”, “Agitando pañuelos”, “Casas más, casas menos”, “Gatito de Tchaicovsky”, “Chakaimanta” y muchas más.
Los artistas tucumanos, de luto
Sostener.- “De trajecito marrón, impecable, lo conocí en un encuentro regional de folclore. Decía que era clave sostener el ritmo y el tiempo. Hablaba de sus maestros y de su largo camino, siempre agarrado a un bombo”. Nancy Pedro, cantante.
un vacío profundo.- “Estas pérdidas generan un vacío profundo en el género y en la cultura en general. Sus obras me acompañan desde la cuna. Ya mis abuelos me decían que su música era muy adelantada para la época”. Gonzalo Soraire, productor.
Icono cultural.- “Se extingue un ícono de la cultura nacional. Fueron motores en lo interpretativo y composicional, recopiladores y ejemplares en lo profesional y humano”. Fabio Dip, de Los Arrieros.
A no aflojarle.- “Una vez tocábamos en una peña en Buenos Aires y salió a bailar un hombre muy mayor. El público se alzó en palmas y creímos que era por nuestra interpretación. Después nos presentaron. ‘No hay que aflojarle changos; hay que cuidar y defender las raíces, nuestra identidad’, nos dijo. Gracias Vitillo, cualquier viento nos van a volver a juntar”. Diego Molina, de Taa Huayras.
Un genio- “Fue un genio, un grande con todas las letras al igual que sus hermanos. Eran los padres de nuestro floclore y dejaron una huella enorme. Creo que Vitillo era el más familiero, tenía un corazón inmenso y estaba siempre dispuesto a ayudar al otro y a dejar en claro cuál es el camino y el respeto que tenemos que tener con nuestra cultura”. Claudio Balzaretti, músico.