Mucho ha cambiado la historia de la atención médica pediátrica en Tucumán desde el nacimiento del Sanatorio San Lucas en 1977, dedicado exclusivamente a la salud de los pacientes más pequeños. Con el tiempo crecieron no sólo en complejidad, sino también en capacidad. Los números lo demuestran: multiplicó las camas en piso (pasaron de cinco a 46) y las consultas anuales, que llegan a unas 50.000. Mientras que la incorporación de tecnología de última generación ayudó a modernizar el Servicio de Imagenología, lo que significó un paso trascendental debido a los múltiples beneficios que aporta en el proceso de atención de sus pacientes. Nada más importante que la salud de los chicos, y ese es su objetivo desde su fundación.
“Desde los comienzos en donde brindamos atención de urgencia, internaciones clínicas y quirúrgicas de baja complejidad y atención de consultorios pediátricos, a lo largo de estos 39 años hemos incorporado numerosos servicios, como: terapia intensiva pediátrica, quirófanos para cirugías de alta complejidad (neurológicas, cardíacas y traumatológicas), servicios de imagenología como radiología digital, Arco en C, ecografía y eco Doppler, y -últimamente- un Tomógrafo de última generación”, detalló la mesa gerencial del Sanatorio San Lucas, conformada por los doctores Héctor Ariel Salas, Osmar Capolungo, Rubén Cardozo y Graciela Saleme.
Cuando iniciaron sus actividades, alquilaban una propiedad en avenida Mate de Luna al 3.900. Y en 1988 se trasladaron de manera definitiva a Monteagudo 660. De las cinco habitaciones con capacidad para internar diez pacientes y de la Unidad de Terapia Intensiva para cinco camas, pasaron a tener 46 camas en piso y siete camas en Terapia Intensiva. Mientras que en 2007 adquirieron una propiedad lindante con el sanatorio, para ampliar sus servicios.
“Nuestro proyecto es ampliar nuestros servicios incorporando tecnología moderna y ampliar nuestros servicios actuales como el de cirugía cardíaca infantil, incorporando nuevos servicios como de nefrología y diálisis, departamento de rehabilitación de pacientes neurológicos o traumatológicos, centro de trasplante de órganos, entre otros”, comentaron desde el Sanatorio, que hoy es fuente de trabajo para unos 100 profesionales de la salud, entre enfermeros, técnicos, personal de maestranza y administrativos, además de tener servicios contratados externos con lo que indirectamente se da labor a otro grupo importante de personas.
En el San Lucas brindan atención médica pediátrica a la seguridad social, a través de contratos con obras sociales, y a la salud pública, recibiendo pacientes derivados del hospital de Niños cuando este tiene colmada su capacidad para dar respuesta. “Atendemos en este momento unas 50.000 consultas anuales, tenemos un promedio de egresos por mes de unos 350 pacientes de los cuales un tercio son pacientes quirúrgicos de urgencia y programados. Permanentemente nos vemos en la necesidad de derivar pacientes a otras instituciones aún no especializadas en pediatría por la falta de capacidad para satisfacer la demanda en nuestras instalaciones”, detallaron los profesionales.
Es por ello que resaltan que si pudieran ampliar el sanatorio no solo darían respuesta adecuada a la demanda que hoy existe, sino que también podrían ampliar servicios de alta complejidad a fin de que se pueda resolver en el ámbito de la provincia patologías que hoy requieren derivación a Buenos Aires, porque no encuentran respuesta adecuada entre los prestadores privados. “Esto significaría sin dudas un gran avance en la medicina tucumana que redundaría en beneficio para el paciente y para su familia al evitar el desarraigo y el desmembramiento del grupo familiar, así como también un importante ahorro en los costos del tratamiento. A esta importante ventaja se suma, lo que es también importante que nuestra ampliación, la creación de una cantidad significativa de puestos de trabajo, calculado en un 70% más del plantel que tenemos en este momento. Estamos hablando de la creación de unos 60 puestos nuevos de trabajo”, reflexionaron.
Tomografía
La tecnología de última generación llegó al Sanatorio San Lucas con la incorporación a sus servicios de diagnóstico por imágenes de un Tomógrafo General Electric nuevo (modelo Brivo CT385, de 16 cortes, con algoritmo de reconstrucción interactivo, ASIR), en el marco del proceso de modernización del Servicio de Imagenología.
Por un lado, el equipo médico informó que por medio de la visualización a través de la exploración por tomografía se pueden diagnosticar numerosas patologías con una alta precisión, lo que permite aplicar un tratamiento rápido y con frecuencia elimina la necesidad de otros procedimientos de diagnóstico adicionales o más invasivos. Y por otra parte, este método de diagnóstico ofrece tres ventajas fundamentales en pacientes pediátricos: no es invasivo, no provoca dolor y puede realizarse en corto tiempo. ¿Y qué obtiene la tomografía? Permite obtener imágenes detalladas de huesos, tejidos blandos y vasos sanguíneos, a diferencia de la radiología convencional, fundamental en el diagnóstico y aplicación de prácticas y tratamientos de patologías que serían imposibles de brindar sin esta tecnología.
“Hasta ahora la necesidad del traslado de un paciente desde nuestra institución hasta los centros de estudios imagenológicos implicaba un riesgo en enfermos críticos, por su alto costo y por una inevitable dificultad operativa. Se necesita contar con ambulancias equipadas con soporte de alta complejidad para el traslado de pacientes graves. Contamos con personal médico y paramédico altamente especializado que garantizan la máxima seguridad al pequeño paciente que necesite ser sometido a este tipo de estudios evitando no sólo el riesgo del traslado, sino otros riesgos posibles por su propia condición de pacientes infantiles”, añadieron los médicos del único centro privado en Tucumán de exclusiva atención en emergencia pediátrica.
Esta nueva tecnología -reflexionaron- fue una inversión necesaria en pos de la calidad de servicio que quieren brindar para sus pacientes, que creen que redundará en beneficio de la población infantil de nuestra comunidad.