Todavía lo recuerda. Una noche se paró en el patio de su casa, con la cara de lleno hacia las estrellas. Sólo ellas lo miraban a él. ¿Cómo son, mamá?, preguntó Albertito Yraidini, que tendría nueve años. Mabel cerró los ojos para concentrarse: “las estrellas son lucesitas que se prenden y se apagan como notas musicales. Hay sonidos que crecen y pasan corriendo: son las estrellas fugaces; pero también hay silencios, que es oscuridad”. Entonces Alberto, que ahora tiene 32 años y es músico, bajó sus párpados y empezó a ver el Universo.

Una idea parecida inspira la muestra “Un cielo para tocar”, que bajo el enfoque de la Astronomía para la inclusión, se inaugurará hoy, a las 18, en el centro cultural de la Universidad San Pablo T, 24 de Septiembre 476. La exhibición fue organizada entre el Centro de Tecnología Disruptiva de esa universidad y la investigadora del Conicet Olga Inés Pintado, en homenaje al primer centenario de la Unión Astronómica Internacional.

Con ese motivo se realizan actividades de divulgación de la astronomía en todo el mundo. En Tucumán ya se hizo un concierto en marzo y ahora se inaugura esta muestra para ciegos y disminuidos visuales, pero que está abierta a todos. Los que deseen, pueden sumarse a la experiencia e ingresar con los ojos vendados. Allí serán guiados por integrantes del Centro de Tecnología Disruptiva. Apenas realicen los primeros pasos, el universo completo se irá abriendo a los visitantes desde otra perspectiva.

DISTANCIAS. Las pelotitas muestran los distintos tamaños y distancia en que se encuentran las estrellas.

Sin mediar la vista, pasarán por los dedos el sistema solar con todos sus planetas, las galaxias más cercanas y más lejanas, las constelaciones como la de Escorpio y la de Orión, y el cosmos en general, con su maraña de estrellas. Todo (unas 12 piezas ) fue creado por el diseñador industrial Marcos Muruaga en el Centro de Tecnología Disruptiva, bajo la dirección de la doctora Pintado.

La muestra no sólo será de interés para las personas ciegas, porque el cielo se ve en un mismo plano, explica Olga Pintado. Desde la Tierra no advertimos los distintos tamaños de los astros ni su profundidad. Como las Tres Marías en la constelación de Orión, por ejemplo. Alberto toma la maqueta y descubre al tacto algo que nadie advierte mirando el cielo: que son tres estrellas, pero no iguales, ni en tamaño ni en distancia, porque se ven alineadas.

Para realizar las galaxias, se han tomado imágenes reales, se reproducen en 3D y así se consigue el relieve de la pieza, explica Muruaga.

Sonidos del espacio

Alberto actuará en la muestra: como es cantante lírico y compositor, va a interpretar dos temas de su autoría. “Uno de ellos, se llama Un Cielo para Tocar, lo he compuesto especialmente para este evento. En ella expreso cómo me imagino el cielo y las galaxias, con toda su armonía”, cuenta. También tocará el teclado (sintetizador) con su mano izquierda.

A Alberto, que nació prematuro, la incubadora no solo le produjo ceguera total, sino también espasticidad en el lado derecho de su cuerpo (que se traduce en músculos contraídos). Sus profesores del Conservatorio de Música le adaptan las partituras; así pudo aprobar Piano I y II. Sigue a Wittgenstein, un filósofo y pianista que perdió su brazo en la guerra y compuso para tocar con la mano izquierda.

DOS PERSPECTIVAS. En esta maqueta se muestra la disposición de las estrellas en la constelación de Orión.

Pero su autor favorito desde los nueve años es Vangelis, famoso por su música inspirada en las galaxias. Alberto recuerda: “fue en esa época que le pregunté a mi mamá cómo era el cielo. Yo nunca me pude imaginar un mundo de colores porque nunca los había visto, pero sí de sonidos. Para mí el cielo está hecho de notas muy intensas, pero la vez también con tonos suaves, de dulzura. Imagino que así es Dios, que siempre está ahí”.

HORARIOS DE LA MUESTRA

• De lunes a viernes, de 9 a 12 y de 17 a 21, hasta el martes 22.