La vida de Luis Rafael Piccinetti dio un giro de 180°: en cuestión de días pasó de vivir en la clandestinidad bajo el nombre de Luis Óscar Ponce a ser el prófugo recapturado más famoso; de tener una vida de lujos en Cochabamba (Bolivia) a dormir tras los muros de Villa Urquiza; y de ser un empresario exitoso que manejaba dos gimnasios a convertirse en el masajista del equipo de rugby del penal.

Cómo fue la llegada de Piccinetti a Trancas y su versión del crimen de Salas

Así lo encontró esta tarde LA GACETA cuando se jugaba un partido entre reclusos y gendarmes en el patio de la cárcel, cuyas fueron abiertas a este diario por gentileza del Servicio Penitenciario de la Provincia. Piccinetti no llevaba la indumentaria del equipo sino que vestía un pantalón deportivo y una camiseta de Atlético con el nombre de Claudio Pombo en la espalda.

Si extraña aquellos días de excesos y comodidades en Bolivia, no se le nota. Por el contrario, hoy se lo veía de buen ánimo y hasta intercambiando bromas con sus compañeros.

La pasión por Atlético ayudó a Piccinetti a mantenerse prófugo

Piccinetti, quien será juzgado nuevamente por el homicidio del agricultor Eduardo José Salas, lleva casi un mes en el penal. Lo alojaron en el área de máxima seguridad y solo le permiten salir al patio los martes y jueves, cuando entrena el equipo grupal. Él es el masajista y debe estar presente.

Durante el partido de hoy, asumió su rol con responsabilidad y buen humor: cada vez que un jugador se caía, corría con rapidez hacia él y lo asistía con cremas y masajes.

Piccinetti pide $20.000 para dar un reportaje

Cuesta creer que se trata del acusado de haber asesinado a sangre fría al esposo de su amante, hecho por el cual fue a juicio pero se dio a la fuga antes de escuchar su condena, en febrero de 2011. Ocho años después, lo descubrieron en el país vecino y ahora aguarda encerrado un nuevo debate.