En la avenida Colón y Lídoro Quinteros hubo una vez un puente colgante de 28 metros sobre el Canal Sur que comunicaba a los vecinos de Manantial Sur con San Miguel de Tucumán. En 2011, la firma Falivene SRL -con recursos del Fondo Fiduciario Federal- construyó esta y otra obra de arte que una vez habilitadas pasaron a la órbita de la Dirección Provincial de Vialidad (DPV) para que se ocupara de su mantenimiento. En la mañana del 20 de septiembre de 2018, la estructura cedió cuando un camión no había alcanzado a cruzarla.

Desde entonces, no se pudo determinar cuál fue la causa de la caída, pese a que el Instituto de Estructuras de la Universidad Nacional de Tucumán realizó peritajes y pruebas de campo. Según el responsable de la DPV, todavía no se arribó a ninguna conclusión. “Si bien conocemos cuáles son los puntos débiles, no sabemos cuál ha sido el factor que ha producido el colapso... Por ahora son teorías, por eso hay que sacar las péndolas del otro puente, para seguir haciendo ensayos. No está claro el porqué, lo cierto es que uno ve que se han cortado todas en el mismo lugar; es un punto débil”, afirmó.

El funcionario dijo que se rubricó otro convenio con la UNT para que los asesorara en el diseño de un nuevo puente; a tal fin se emplearía la estructura que quedó en pie y se le agregarían estribos, entre otras cosas.

En marzo pasado, el profesional había afirmado que el anteproyecto no podía convertirse en proyecto hasta tanto no tuviesen el informe definitivo de la UNT, de donde surgirían cuáles habrían sido las fallas que tuvo el puente original, si es que las hubiese tenido.

Como ya ocurrió en marzo, los vecinos volvieron a quejarse nuevamente por la inseguridad en el lugar, especialmente en el cruce del segundo puente, ubicado a más de un kilómetro hacia el este, en Lídoro Quinteros y avenida Alem, donde son frecuentes los motoarrebatos. Un periodista de nuestro diario comprobó que en ese puente no hay postes de iluminación, lo que torna muy insegura la zona. Un vecino lamentó que en todo este tiempo, pese a que desfilaron por el lugar especialistas técnicos, políticos y candidatos en las recientes elecciones provinciales, no hubo ninguna solución.

Enterado del colapso del puente, el gobernador anunció en esa ocasión que se construiría una nueva estructura, una vez que se determinaran las causas, “con recursos de los tucumanos”. “Vamos a hacer un puente nuevo, como cuando se nos cayeron algunos por las crecidas durante las inundaciones”, sostuvo.

Parece insólito, pero sin embargo no lo es que en nuestra provincia haya transcurrido un año sin novedades sobre qué produjo el colapso de la obra de arte. Si nuestros expertos no han podido llegar a una conclusión, se podría recurrir a especialistas de otras provincias, y en un caso extremo, del extranjero. Evidentemente esta mora está reflejando, por lo menos, un escaso interés en llegar a la verdad, vaya a saber por qué motivos. El caso fue denunciado también en la Justicia, pero da la impresión que tampoco hay preocupación por investigar lo sucedido.

Es también lamentable que no se haya pensado en el bienestar de los ciudadanos que viven en esa zona, como tampoco en su seguridad; si esta existiera es insuficiente a juzgar por las quejas de los vecinos. ¿Se develará alguna vez qué pasó? ¿Habrá responsables? ¿La culpa será del destino? ¿Borrón y cuenta nueva?