“Por este caso la gente no debe alarmarse o preocuparse, sino ocuparse”, aseguró el secretario de Lucha contra el Narcotráfico Carlos Driollet “Este caso fue llamativo, pero debe destacarse que funcionaron perfectamente todos los resortes para actuar con celeridad y bien”, agregó en una entrevista con LA GACETA.

- ¿Cuál es el significado de este caso?

- Es una nueva alarma que se encendió y de la que debemos estar atentos. La lucha debe ser transversal y en la que deben estar involucrados todos los ministerios de Educación, Desarrollo Social y Seguridad. También es clave que los padres no entren en pánico, sino que deben hablar con sus hijos y estar atentos a cambios de conductos. Aunque muchas veces suene mal, también debe haber un mayor control.

- ¿Recibieron más denuncias de estas características?

- Es el primer caso que tenemos que se detecta en el interior de una escuela desde que se creó la secretaría. Sí recibimos denuncias de padres que demandan la venta de sustancias en las cercanías de los establecimientos educativos.

- ¿Y qué se hace en esos casos?

- Todas las denuncias son judicializadas e investigadas luego. La Ley nos permite iniciar una pesquisa con los datos anónimos que aporte una persona. Muchas veces nos encontramos con los denunciantes en lugares reservados para que se sientan seguros y puedan contar todo lo que saben sobre un determinado caso.

- ¿Les llamó la atención este hecho?

- Sí sorprende, pero no es menos cierto que forma parte de lo que está sucediendo en la calle. En lo que va del año se secuestraron más de 17.100 dosis de cocaína y unas 41.000 de marihuana. Hace mucho tiempo que estamos luchando contra el narcomenudeo.

- ¿Cuáles son los pasos a seguir?

- Seguir con la capacitación para que los docentes continúen detectando este tipos de casos. Es fundamental que realicen esta tarea y más aún con lo que se puede venir.

- ¿A qué se refiere?

- Al incremento del tráfico y del consumo de las drogas de diseños. Si bien es cierto que esta son sustancias que en principio están reservadas a clases más pudientes, en Buenos Aires ya se detectó su presencia en barrios más carenciados. Y eso es preocupante.