El juicio por un homicidio volvió a dejar al descubierto la pelea que protagonizan los supuestos integrantes de dos clanes que están acusados de venta de drogas en los barrio Juan XXIII (“La Bombilla”) y Manantial Sur. La audiencia tuvo un alto clima de tensión por las acusaciones cruzadas y por los insultos que se escucharon en los pasillos de tribunales y que obligó a que se reforzara la seguridad.

Isaías “Gordo” Reyna está siendo enjuiciado por el crimen de Gustavo Farías ocurrido el 24 de diciembre de 2016. El tribunal, integrado por Luis Moralez Lesica, Eduardo Romero Lascano y Gustavo Romagnoli, sólo deberá definir si el imputado tiene responsabilidad penal en el hecho. Si es así, la condena será impuesta por un juez de Menores.

El “Gordo”, cuando tenía 15 años, fue acusado del crimen de Exequiel Navarro, pero al ser inimputable nunca afrontará a un tribunal por este hecho. El año pasado fue imputado de ultimar a balazos de Fabio Farías, proceso que aún no terminó de resolverse.

La segunda jornada del debate tuvo aristas insospechadas. Por un lado, los familiares del acusado, esperaban ansiosos el final del juicio. “Estamos esperando la sentencia y queremos que sea del menor tiempo posible”, explicó un integrante de los Reyna.

Pese a que los Farías estaban ubicados en la otra punta del pasillo, no se pudo evitar que se registraran incidentes. Eliana Farías dijo estar enfurecida porque uno de los Reyna había insultado a su madre Ana María Jerez. “Le dijo vieja p… mientras pasaba por el lado de ellos. Ya estamos hartos de tanta agresión de años. Que paren ya. Queremos paz de una vez y más con mi mamá que tuvo que pasar por tanto”, dijo la joven a LA GACETA.

La audiencia

En un principio, la audiencia de ayer estaba prevista la declaración de la testigo Tamara Concha y escuchar los alegatos del fiscal Daniel Marranzino y de José María Molina, defensor del imputado. Pero nada de eso ocurrió.

Jerez, madre de la víctima pidió ampliar su testimonio y los jueces aceptaron el planteo. “Pido que citen a declarar a dos vecinas del barrio Manantial Sur: María Carrizo y María Martorell, ambas pueden saber lo que pasó ese día”, solicitó. El Tribunal aceptó el planteo y pidió a la Policía que las fueran a buscar.

Mientras eso sucedía, declaró la testigo Concha. Negó haber visto el ataque mortal que sufrió Farías, tal como dijo Tatiana Rodríguez. Se hizo un careo entre ambas, pero tampoco sirvió de mucho. Ambas se mantuvieron en sus versiones y, por los gritos, no se aclaró nada.

Luego de una larga espera, la Policía regresó con una de las testigos. Matorell, la otra, se encuentra prófuga de la Justicia desde hace más de un año, puesto que existe un pedido de captura en su contra desde que la División Antidrogas Tucumán de la Policía Federal detuvo a la mayoría de los integrantes del clan Reyna.

María Carrizo, la otra testigo que fue llevada por los uniformados, con cara de sorpresa dijo no conocer a Isaías Reyna ni a Gustavo Farías. “No sé nada, no los conozco y tampoco sabía que me iban a buscar”, expresó la mujer que casi no podía hablar por el estado de nerviosismo que presentaba.

La audiencia pasó a un cuarto intermedio hasta el próximo miércoles por la tarde. Allí se escucharán los alegatos y se conocerá la sentencia.