ACTÚA HOY

• A las 22 en el Centro Cultural Virla (25 de Mayo 265).

“Lo difícil en la vida a veces es darte cuenta de que es lo que te apasiona. Una vez que lo encontrás la única recomendación es seguir ese camino con firmeza”.

Juan Martín Medina define en esa frase su propio recorrido de conocimiento, que lo llevó a ser ahora uno de los máximos flautistas del país. Lo demostrará esta noche, en el Centro Virla.

El músico divide su tiempo en partes casi iguales entre México (donde trabaja con Julieta Venegas) y la Argentina, y le dedica un mes a actuar en Europa. “México ya es parte de mi vida también, son muchos años viviendo allá y tengo proyectos en grupo que me gustan mucho. además del mío solista que es el que vengo a mostrar a Tucumán. La distancia me ayuda a ver la gran riqueza creativa y el nivel de producción que hay en el país, junto a la fuerte y bella vocación de colaboración entre los artistas; es como una conciencia de pertenencia, de tribu”, confiesa.

- Tucumán prácticamente te adoptó.

- Acá he cultivado amistades que me son imprescindibles. Es lindo pensar que de alguna forma me ha adoptado. La vida está conformada en un gran porcentaje por esos afectos que he ido construyendo. Vengo para que sus voces no se diluyan, parafraseando al gran Arsenio Aguirre. Esta vez traigo un proyecto solista que, aunque incluye material de mis dos discos, se centra principalmente en el concepto del segundo disco “En el sendero”, nominado a los premios Gardel. Es un repertorio esencialmente folclórico, pero con libertad, sin depender de las estructuras, con improvisaciones y un criterio más jazzero. Para eso convoqué a los tucumanos Rony López, Javier Podazza (integrantes de Pata I’Chancho) y Carlos Carrizo. Además tendré amigos invitados como Yuca Córdoba, Nancy Pedro, Luciana Tagliapietra y Federico Falcón, porque el escenario es un espacio de encuentro.

- ¿La fusión está construyendo un nuevo género?

- La música popular argentina de raíz folclórica está en constante movimiento, se reinventa permanentemente porque está viva y va incorporando nuevos elementos. Tiene esa capacidad de asimilar otros lenguajes, lo que impide el proceso de fosilización. Más que construir algo nuevo, el género se transforma. Tiene algunos elementos antiquísimos, pero como género es nuevo. No me parece que se esté en una etapa de confort, más allá de que hay que diferenciar lo que sucede en el ámbito comercial, en donde podés encontrar artistas encuentran una fórmula que les funciona y deciden quedarse en eso. Por el otro lado, te encontrás con una cantidad enorme de músicos que están todo el tiempo arriesgando desde lo estético, lo compositivo, la poesía, el sonido, con una calidad impresionante.

- ¿Qué cosas te están interesando en la música argentina y latinoamericana?

- Tengo muchas ganas de ver lo que está haciendo Laura Ros, en su espectáculo “Descubriendo a Joni Mitchell”, totalmente dedicado a esta artista. También quiero escuchar a Paula Suárez con Mora Martínez, junto a Juan Iñaki. Me encanta el nuevo disco de la riojana Ana Robles, parte de una camada de compositores y autores que están renovando con gran nivel el cancionero de su provincia. Ahora ando también escuchando a muchos flautistas por una investigación para un libro que tengo ganas de hacer: en especial a Juan Carlos Liendro, Víctor Carrión y Juan Herrera de la época del grupo La Minga. En lo latinoamericano, es una exquisitez un disco de Omar Acosta, flautista venezolano, donde toca además Sergio Menem, guitarrista cordobés que vive en Madrid. Y me muevo desde cosas muy tradicionales como es el canto cardenche o el son, hasta mixturas con sonidos nuevos, como experiencias electro-jarochas.

- ¿Cómo sigue tu proyecto “La ira de Atahualpa”, con el que estuviste en Tucumán en 2018?

- Se ha ido convirtiendo en un colectivo mutante; nunca se sabe bien quiénes van a ser los integrantes. Vivimos en lugares diferentes y distantes, y cada uno lleva adelante otros proyectos. Por eso empezamos a pensarlo de esa forma, en el que las individualidades no son lo importante.

- A un músico que está empezando en la profesión, ¿le recomendarías que se especialice en algo o que sea multiinstrumentista?

- Ninguna de las dos cosas, porque nada viene con garantía de felicidad ni de éxito. Le recomendaría que trabaje en investigarse para saber qué es lo que lo divierte y lo emociona. Hay gente que es capaz de estar ocho horas por día tocando un mismo instrumento durante años. Yo siempre fui disperso, me gustaba ir probando uno y luego otro, me entusiasmaba entenderme con un instrumento nuevo, ir acercándome hasta entablar un diálogo íntimo con él.