Quizás te pasa seguido: vas y volvés por el mismo espacio de tu casa ordenando, preparando la mesa para comer o limpiando, y el más pequeño de la familia está conectado a una consola, hablando solo y concentrado. Los ojos fijos en una pantalla, como si todo lo que ocurriera alrededor no existiera. Sin darte cuenta, un extraño se instaló en tu familia: el invasor se llama Fortnite y es un juego para mayores de 12 años, aunque el menor de tu casa, de 5 o de 11, se conozca todos los trucos.

No sos la única persona a la que le sucede, y es por eso que muchos papás preocupados están buscando una respuesta y, si es posible, una solución.

A veces es difícil negarles el acceso a la tecnología cuando todos sus amigos la usan y es la única forma de que sociabilicen; otras, preferís que no salgan a la calle y estén en casa más seguros. Este dilema no es para preocuparse, pero sí para ocuparse. No se trata de prohibirles jugar, sino de encontrar la clave para que disfruten del entretenimiento sin que se transforme en un problema familiar. Sin más vueltas, esta nota puede ayudarte.

El juego presenta gráficos de muy buena calidad, sonidos placenteros, personajes divertidos, sentido del humor y un ritmo ligero que avanza con rapidez; partidas cortas, lugares soñados y el acceso libre y gratuito desde cualquier plataforma son algunos de los condimentos que transformaron al Fortnite en uno de los juegos más populares del mundo, que ya superó los 200 millones de jugadores registrados.

Además, los desarrolladores actualizan cada 10 semanas el programa y agregan nuevos elementos, funciones y modos de combate, lo que sigue manteniendo atrapados a sus usuarios.

Eugenia Mussa, una tucumana creadora de contenido del Fortnite, explicó de qué se trata el juego y detalló algunos puntos positivos que ella pudo encontrar como jugadora. “Me permitió conocer personas de otros lados del mundo. Si uno sabe manejar los tiempos que le dedica al juego, no hay riesgo de adicción”, afirmó. Agregó que a través de la conexión con distintos usuarios, también aprendió de las distintas culturas de otros países. Además, tiene más de 9.000 suscriptores en su canal de Youtube donde les enseña a jugar a otros jóvenes y colaboran entre sí.

Palabra de especialista

La psicóloga tucumana Gabriela Paoli, radicada en España y experta en adicciones tecnológicas, realizó un intenso estudio sobre esta atracción. Detalló qué tenés que saber con respecto al entretenimiento para evitar cambios en el comportamiento de los niños y de los jóvenes.

“Lo cierto es que -además de ser un entretenimiento- los juegos son formadores de valores. No sólo sirven para que no te aburran. Son pedagógicos, de creatividad, de imaginación y tienen muchas funciones más allá de la aventura, de destruir a los demás o sobrevivir a costa de cualquier cosa”, explicó Paoli y agregó: “el juego -en general- activa en el ser humano el ‘circuito de recompensa’. El jugador libera dopamina (la sustancia del placer) y con eso, cuando se transforma en una adicción, llena los vacíos que posee”, agregó la experta.

En carne propia

Gabriela Julio, mamá de un adolescente de 12 años, dice que su hijo cumple con las reglas de su casa: las tareas del colegio terminadas a tiempo, asistencia obligatoria a una actividad extra y diálogo con sus papás. Parece ser un muy buen panorama (mejor que otros, seguro). Sin embargo, se preocupa en época de vacaciones, cuando hay “rienda suelta” y depende del niño decidir cuánto se quedará en la computadora.

“Hay veces que comienza a jugar a la mañana y termina a la noche antes de dormir. Hace un stop solamente para almorzar y merendar. Si fuera por él pasaría de largo hasta el otro día”, contó Gabriela y agregó que depende de ella que se despegue de la consola. Paoli detalló que en el momento evolutivo de la persona -la adolescencia- el joven no tiene desarrollado el lóbulo prefrontal, que es el encargado de manejar los impulsos para tomar decisiones, aprender de los errores o elaborar un juicio crítico. “No tiene la capacidad que se necesita para manejar y hacer un uso correcto de los dispositivos”, aseguró, y agregó que por eso el adulto es quien tiene la obligación de ejercer el control.

La mamá del joven admitió que la primera razón por la que accede a que su hijo pase mucho tiempo en la computadora es por su seguridad. “Prefiero que esté en casa y no deambulando en cualquier lugar para buscar con quién jugar”. Contó que vive en un barrio donde la mayoría de los vecinos son adultos y no hay niños de su edad para entablar una relación. Además, sus compañeros de colegio están dispersos en zonas lejanas y es muy difícil acordar una reunión entre ellos. “A veces paso por su habitación y siento que hay una juntada de unos 10 chicos. Se los escucha a todos jugar y conversar. Abro la puerta y está solo. Están chateando por la compu. Es la forma que tienen de relacionarse”, expresó Julio.

Testimonio de un jugador

Ignacio Silva Arias, de 15 años, compite en torneos muy importantes en forma periódica y gana dinero jugando con la gente que conoce. El juego le devuelve el premio a través de PayPal, una aplicación para poder extraer el efectivo. “Hace un mes me di cuenta de que el Fortnite se había transformado en una adicción en mi vida. Mis padres me hicieron ver que no me estaba yendo bien en la escuela y que el único que se perjudicaba era yo, así que ahora priorizo mis estudios”, contó el adolescente sobre su experiencia con el juego. Como consejo, Ignacio les diría a quienes recién empiezan a jugar que por dedicarle mucho tiempo al juego no se mejora o se convierte en el mejor jugador. “Es preferible jugar poco tiempo y cuando uno tiene ganas, porque es ahí donde se aprende y se disfruta”, subrayó.

Riesgos
Puntos a tener en cuenta sobre el juego

El Fortnite tiene armas de fuego y por eso no está recomendado para menores de 12 años.
Posee un chat abierto con miembros del equipo que pueden ser desconocidos, por lo que a veces, cuando no está programada la privacidad y un adulto no posee control sobre el menor, corre riesgo de que comparta información delicada con adultos.
Los niños corren peligro de grooming (conductas y acciones emprendidas por un adulto, a través de Internet, con el objetivo de ganarse la amistad de un menor de edad).
Tiene un grado medio de violencia, pero la estética en los dibujos animados disminuye su impacto.
Los especialistas recomiendan más horas de juego al aire libre.

Siete señales de alerta

- Encierro: baja significativamente el interés por las tareas extraescolares (deportes, actividades de ocio o recreativas). Ponen excusas con tal de no ir y de quedarse en casa jugando.
- Mentiras: ocultan cuanto tiempo estuvieron conectados. Pierden la conciencia del tiempo. No saben que se hizo de noche y empezaron a las tres de la tarde.
- Irritabilidad: cambios en el comportamiento y en su comunicación. Están irritables, tensos, contestan mal, tienen reacciones disruptivas como pegar un portazo con cierta agresividad.
- Insomnio: sufren de una alteración del patrón del sueño y de la alimentación.
- Salud: tienen déficit de vitaminas B12 y D, porque no les da el sol la cantidad de tiempo necesaria.
- Efectos secundarios: a causa de tanto tiempo de juego se vuelven sedentarios, pueden hacerse obesos, adoptan malas posturas o hacen esfuerzo visual.
- Socialización - Disminución de las habilidades sociales: sólo puede jugar uno en cada plataforma, por lo que los amigos se están habituando a quedarse cada uno en su casa para poder estar en la misma partida y hablar por los auriculares.

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