El intendente, Germán Alfaro, abrió el período de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante capitalino con un discurso de mitad de gestión. No fue un error: el peronista de Cambiemos oficializó que buscará ser reelecto. En plena campaña pidió recuperar los “valores de la política” y apuntó sus dardos contra el gobernador, Juan Manzur. “Debemos dejar de nombrar jueces por conveniencia, de manipular cronogramas electorales por conveniencia de los políticos y actuar por conveniencia de la gente”, disparó el referente macrista en Tucumán. Esta vez, a diferencia de sus tres discursos anteriores, no hubo críticas contra el senador José Alperovich.

Si bien estaba prevista a las 9, la sesión comenzó con 45 minutos de retraso y los concejales esperaron unos 20 minutos más para recibir al jefe municipal. Durante el tiempo muerto, los radicales José “Lucho” Argañaraz y Agustín Romano Norri charlaban junto al alperovichista David Mizrahi. Ricardo Bussi los vio y sonrió: “ahí está la verdadera rosca”, lanzó. El aliado a la intendencia Javier Aybar aprovechó para leer el discurso que daría Alfaro poco después de ser recibido por las funcionarias de ceremonial. Entre el público, la titular de Educación municipal, Susana Montaldo, terminó un cortado y buscaba con la vista a Ramón Moyano, el mozo del Concejo, que recorría las bancas serviendo agua fresca.

Alfaro ingresó al recinto a las 10.10, al son de la Marcha de San Lorenzo. Se abrazó efusivamente con casi todos los concejales, aliados y opositores. Sólo una banca permaneció vacía: el peronista Alejandro Matías Figueroa, del riñón del presidente del cuerpo, Armando Cortalezzi, se encontraba organizando a los militantes del espacio en la Legislatura para escuchar el discurso del gobernador Manzur.

Críticas a la dirigencia

“La política no va a mejorar mientras se siga usando a la gente cada dos años para que vote y luego no importe lo que opina. Debemos gobernar y gestionar de cara a la gente. No podemos seguir subestimando, diciendo que vamos a hacer una cosa y luego traicionamos esa promesa sin siquiera ponernos colorados. No hay consecuencias para el engaño, la mentira, la traición. Debe haberlas, tiene que haberlas”, disparó Alfaro. Propuso modernizar el estado municipal incorporando los avances de la comunicación. En un extremo del recinto, el peronista José María Franco farfulló: “y el Boletín municipal todavía no está digitalizado”.

El intendente afirmó que es momento de que un porcentaje del presupuesto municipal sea participativo (los vecinos definen las obras) y anticipó que propondría la revocatoria de mandato para cargos electivos.

Críticas y obras

En otro pasaje de su discurso, el jefe vecinal hizo una tenue alusión a la crisis económica del país. “El Estado municipal no tiene la facultad de fijar políticas económicas, ni a nivel nacional ni a nivel provincial. Sólo podemos operar a nivel local. Renovar nuestras peatonales está dentro de una política económica”, dijo Alfaro, para darse pie a una crítica al Gobierno provincial. “De la misma manera operamos en el rubro seguridad, que es una facultad indelegable del Estado provincial. Mejorar la infraestructura en seguridad es, básicamente, mejorar la iluminación”, leyó el intendente. Levantó la vista y se salió de su discurso: “en la Traffic camino hasta acá escuchaba que en la Legislatura había 550 policías, de boca de un comisario. No hace falta ser experto en seguridad para saber que se está dejando desprotegida una parte de la ciudad. Hace falta sentido común. Tampoco se le puede dar un arma a un empleado público, necesitan ser los más capacitados”, apuntó.

Trascartón, Alfaro anunció la colocación de 10.000 luminarias led más, para mejorar la iluminación en las calles. Además, comunicó que dispondría de un nuevo plan de pavimentación en 50 calles de la ciudad, hundidas por las cañerías rotas.

Como en 2016, cuando dio su primer discurso, Alfaro no se refirió al tránsito. Obvió referirse a la promesa de 2017 y 2018: la implementación del plan de reordenamiento. A diferencia del año pasado, evitó el conflicto de empresarios del transporte que reclaman una suba del boleto.

Cultura

El intendente destacó de su gestión las medidas culturales: el teatro municipal Rosita Ávila y el Museo de la Ciudad Casa Succar. Resaltó la construcción del Monumento del Bicentenario, y se mostró orgulloso de que se haya convertido en “un símbolo de esta ciudad”. En el mismo eje, distinguió la implementación del boleto educativo primario, secundario y universitario: “acompañamos a los estudiantes desde la primaria y hasta la universidad”.

“Cuando fui elegido me pregunté ¿qué les voy a dejar a los tucumanos, a mi ciudad? Me da mucha alegría poder ser recordado por el Monumento al Bicentenario, el boleto educativo y la Casa Succar. ¡Tanto que volveré a presentarme!”, cerró.