El joven prepara con dedicación su curriculum vitae. Está entusiasmado. Desea conseguir trabajo. No desecha ninguno de sus méritos, por insignificantes que pudieran parecer. Se esfuerza porque no se le escape ni el mínimo detalle. Adjunta imágenes, y sus datos personales. Esta escena vale para cualquier trabajo al cual se quiera aplicar. Incluso, el de futbolista.

Al tucumano Ignacio Giampaoli siempre le resultó fácil moverse en ese universo llamado internet. Con el correr de los años supo utilizar esa facilidad para abrirse caminos en el fútbol. Precisamente, mediante el uso de la red de redes logró interesar a Devonport Strikers, un club que juega en la segunda división de la National Premier League del estado australiano de Tasmania. “A Australia llego luego de contactar a miles de equipos de todas partes del mundo. Había mandado curriculum a un montón de clubes, de Europa, de Estados Unidos”, contó a LG Deportiva.

Esa práctica de búsqueda laboral no suele estar asociada al fútbol. No obstante, a Giampaoli le resultó algo casi natural. “Yo estudio ingeniería informática (N. de la R.: se recibió el viernes pasado), tengo facilidades para la computadora. Entro a internet y encuentro el número de celular del presidente de un club. Y no tengo problemas con llamarlo y mandarle el curriculum, con un video”, explicó. Y los clubes le contestan: “yo mando a miles y responden dos o tres, como en cualquier laburo. Y en este caso, en lugar de una entrevista te ofrecen que hagás una prueba en el equipo”.

Inversión

La primera vez que el enganche fue invitado a una de esas pruebas debió costearse el pasaje por sus propios medios. “Los dirigentes del Weston Workers Bears FC (club de la segunda división de la National Premier League de Nueva Gales del Sur, Australia) me dijeron que si quería ir debía ser a costa mía. Hice la inversión y por suerte salió todo bien”, contó. En efecto, quedó en el plantel y disputó los últimos siete partidos, hasta el fin de la temporada. Luego, todo resultó más sencilla. “Devonport ya me pagó los pasajes. Cuando uno va subiendo escalones se va haciendo más fácil”, resalta.

“Colo” -como lo conocen desde siempre, por el color de su pelo- cumplió 27 años hace unos días. Nació futbolisticamente en el CEF 18, cuando era un adolescente de 15; y en una docena de años acumuló una vasta experiencia. “A los 19 juegué en La Florida. Luego en la Quinta de San Jorge y con San José jugué en la Primera de la Liga Tucumana. De ahí me fui a probar en clubes de Buenos Aires: Villa Dálmine, Liniers, Fénix; pero no pasó nada. Y ahí llegó mi primera experiencia en Estados Unidos”, señaló.

Al país norteamericano arribó en 2014, merced de haber ganado un concurso. Un jurado conformado por el periodista Juan Pablo Varsky; por el coordinador de inferiores de Boca, Víctor Marchesini, y por el ex futbolista Diego Placente evaluó el rendimiento de 30 jugadores en el marco del “G-Camp”, una prueba organizada por una bebida energizante. De esa treintena de postulantes seleccionaron a tres. Uno de ellos fue “Colo”. El premio consistió en un viaje a la IMG Academy de Sarasota (Florida), uno de los mejores centros de alto rendimiento del mundo. “Llegamos en agosto. Vivíamos allí y entrenamos con un equipo semiprofesional de la tercera división. Me quedé hasta enero de 2015, cuando regresé para continuar mi carrera de ingeniería”, recordó. A mediados de 2016 regresó a EE.UU. “Me probé en LA Galaxy y me invitaron a hacer la pretemporada, pero luego no me ofrecieron contrato”, recordó. Y entonces apareció la chance de jugar en Australia.

“Colo” no descarta, sin embargo, que en su horizonte futbolístico puedan asomar clubes de otros países. De hecho, no abandonó la práctica de enviar curriculum. “Nunca dejo de buscar. Algunos clubes ya están avisados de que estoy en Devonport, para que me sigan. Quiero ver qué puede surgir a partir de junio, cuando termina la temporada”, señaló.

Pruebas en Tucumán

Giampaoli no siempre utilizó la dinámica de llegar a sus clubes mediante en envío de curriculum. Como todo adolescente apasionado por el fútbol, soñó alguna vez con jugar en San Martín o en Atlético. De hecho, fue a probarse en ambos, como cualquier joven tucumano que practica fútbol. “Pasa siempre lo mismo, como hay muchos chicos, entre los que van a probarse o los jugadores que ya están en el club, nunca llegas a tener una real oportunidad.Incluso te cambian de posición cuando para la prueba. Tengo la sensación que hay demasiados jugadores las oportunidades no son como las que se pueden encontrar afuera”, expresó.

De todos modos, “Colo” no quiere desalentar a los chicos que quieran probarse en el “Santo” o en el “Decano”. “Les diría que lo intenten. Es lindo poder representar a un equipo tucumano. Jalá algún día pueda jugar en mi provincia. Mi consejo es que si alcanzan el objetivo, prueben en otro lado porque hay grandes oportunidades afuera. No se queden sólo con lo local, busquen la forma de llegar aunque sea en otro lado. Si bien es difícil, por la cuestión económica, el esfuerzo lo vale”, afirmó.