Solo en la niebla: se fueron todos, menos el arquero

Samuel “Sam” Bartram tiene bien ganado su lugar en la galería de ídolos históricos de Charlton Athletic, equipo de la tercera división del fútbol inglés. Hasta su retiro, en 1956, fue durante 22 temporadas consecutivas el arquero del pequeño club londinense, el único en el que jugó en su vida y por el que atajó hasta en el día de su casamiento. Quiso el destino que le programaran partido de liga justo el día en que iba a contraer matrimonio con una aficionada de Charlton, por lo que decidió adelantar la ceremonia a la mañana para estar dos horas después en el vestuario. Su equipo ganó 1-0 y él regresó a la fiesta.

Sin embargo, existe otro episodio muy curioso de ese mismo año que agranda la leyenda de Bartram. En la Navidad de 1937, época en la que era común que se jugara el 25 de diciembre, a Charlton le tocaba visitar a Chelsea, en Stamford Bridge. Ya desde el amanecer, una densa niebla cubrió Londres, al punto que no se veía más allá de unos pocos metros de distancia. La mayoría de los partidos fueron postergados, pero aquél no.

El primer tiempo, que finalizó 1-1, se jugó en condiciones más o menos aceptables. Sin embargo, ya en complemento la niebla era tan densa que dificultaba sobremanera la visión del árbitro, de los jugadores y de los hinchas. Bartram por momentos no llegaba a ver ni a sus propios defensores, que desaparecían cuando Charlton atacaba y reaparecían de repente cuando se venía Chelsea. Cada tanto, el encuentro se interrumpía hasta que la neblina se disipara un poco. En un momento, Bartram pensó que Charlton tenía acorralado a Chelsea porque hacía varios minutos que sus defensores no volvían. “Cada vez veía menos. Estaba seguro de que dominábamos el partido pero me parecía obvio que no habíamos hecho un gol, porque mis compañeros hubieran vuelto a sus posiciones de defensa y yo habría visto a alguno de ellos. Tampoco se escucharon gritos de festejo”, escribió años después en su autobiografía. Sam quería espiar lo que pasaba más allá, pero por temor a un contragolpe no se arriesgó a salir del arco. Hasta que en un momento vio emerger de la niebla la figura de un policía. “¿Qué está haciendo usted aquí todavía? El partido se suspendió hace 15 minutos. Ya se fueron todos”, le reveló el uniformado. Al llegar al vestuario, Bartram debió soportar las burlas de sus compañeros, que habían acordado no avisarle para ver cuánto tiempo se quedaba solo esperando en el área.

¿Desaparecieron?: la protesta de hinchas de alavés

La Liga de España continúa con su actividad. Y mientras termina la fecha 21 y los ojos están puestos sobre el campo de juego, el ruido se genera en la tribuna. O no.

Hay quienes dicen que algunos silencios son capaces de aturdir. Los hinchas de Alavés buscaron eso. Aturdir, para que se los escuche ¡Pero sin estar presentes! ¿Cómo es eso? Los fanáticos “albiazules” decidieron ingresar tarde al estadio para mostrar así su descontento con el horario establecidos por la liga. El partido que fue protagonista de esta particular protesta se jugó a las 21.30 de España, en la cancha de Alavés, y el rival fue Rayo Vallecano. Se jugó un lunes, día hábil, y complicado para muchos.

El cotejo, que para sumar a la historia terminó con victoria del visitante por 1 a 0, comenzó con casi la totalidad de sus tribunas vacías. Sólo algunos hinchas ocuparon su lugar en las gradas desde que el árbitro marcó el comienzo del partido. El resto, acordó esperar afuera.

Los próximos cotejos de Alavés no se jugarán en un horario muy diferente al de esta oportunidad ¿Tendrán nuevas protestas preparadas?

Titular o nada: la “maldición” de iker casillas

El fútbol es terreno fértil para los aficionados al esoterismo y a las estadísticas. La final de Copa de Liga que el Porto perdió por 3-1 a manos del Sporting Lisboa alimentó el mito de la “maldición” que pesa sobre los entrenadores que deciden jugar una definición con Iker Casillas como suplente. Los registros son inapelables: cada vez que le tocó ir al banco en una final, su equipo perdió.

El primer episodio fue en la Copa del Rey 2002. En ese momento, el entrenador de Real Madrid, Vicente del Bosque, se decantó por César y dejó a Iker como reserva. ¿El resultado? 2-1 a favor del Deportivo La Coruña. Carlos Queiroz cometió el mismo error en la edición 2003-2004. Una vez más, César fue elegido para custodiar los tres palos ante Zaragoza y Real Madrid cayó 3-2. En 2013, las desavenencias entre José Mourinho y Casillas desembocaron en la suplencia del arquero en la final de la Copa frente a Atlético Madrid. Diego López relevó a Iker en el arco y al final fue triunfo “colchonero” por 2-1. La maldición se mudó junto con Iker a Portugal, donde el arquero firmó para el Porto. Allí, el DT cometió la imprudencia de mandar al español al banco en la final de la Copa de Portugal. Como era de esperarse, fue derrota ante el Braga. Pese a todos esos antecedentes, el técnico Sérgio Conceição se dio el lujo de prescindir de Iker ante el Sporting, el sábado. Así le fue.