Cuando Novak Djokovic derrotó en agosto de 2018 a Juan Martín del Potro en la final del US Open, además de haber sido superior, el tenista reveló un factor que lo identificó como clave. El dato desconocido que modificó la curva de su rendimiento, hacia arriba, en la temporada pasada era desconocido. “Sentí que tenía un nuevo aliento en este deporte”, afirmó “Nole” sobre haber practicado montañismo. Fue en el último verano europeo en el Monte Victoria, al sur de Francia, donde ascendió junto con su mujer. De ahí en más, 2018 fue sumamente bueno para Djokovic. “Todo era positivo. Sentí una ola de energía”, afirmó el número uno del mundo.

Kuznesov entiende lo que causó la montaña en Djokovic. “Pienso que él encontró en la montaña aprendizaje y la similitud con el tenis que es también un deporte solitario”, comparó. “Quizás puede parecer que en la montaña no hay una competencia, pero si la hay: no es contra alguien más, es con uno mismo. Él tuvo una crisis y pensó que se venía para abajo su carrera. Fue a la montaña y volvió con más fuerza”, opinó Kusnezov. “Yo recomendaría la montaña para cualquier situación. Ahí se tiene tiempo de sobra para estar con uno mismo, en otro ambiente, sale de la famosa zona de confort y analiza todo desde otro punto de vista”, contó.