ÚNICA FUNCIÓN

• A las 21 en el teatro Mercedes Sosa (San Martín 471), con entrada libre y gratuita.

Hace media década, a Franco Gandullo y a Gerardo Flores los unió el impulso de difundir la principal música religiosa norteamericana en la Argentina. Esa idea fructificó en el Argentina Gospel Choir, el coro del género que reúne semanalmente a más de 150 cantantes en Buenos Aires, y desde el año pasado, en una formación más acotada, el Argentina Gospel Singers (de nueve voces, ver “A escena”), con la cual salen de gira por todo el país y esta noche se presentarán en el teatro Mercedes Sosa.

“Nuestra propuesta es representar fielmente el estilo del gospel en su formato más popular y conocido, con preeminencia de lo vocal. El repertorio es fácilmente identificable para el público porque son canciones universales del género, y temas de Michael Jackson y The Beatles con arreglos especiales”, explica Flores en una entrevista con LA GACETA.

El recital tendrá una pata tucumana, ya que el coro será precedido sobre el escenario por una banda emblema del blues local, con la que compartirá algún tema de cierre: Tripas Calientes, la formación de Santiago Caminos, Peca Vallejo, Chechi Bazzano y Gonzalo Aragón. Para que nadie se quede afuera ni tenga excusas, la entrada será libre y gratuita.

El gospel surgió de las iglesias afroamericanas en el siglo XVIII y se popularizó en la década del 30, sin romper su invocación religiosa pero sumando un amplio público no confesional. Por ese motivo, Flores puntualiza: “lo espiritual es necesario, es parte del estilo con sus propios componentes, como lo es la guitarra eléctrica para el rock”.

“No hacemos proselitismo religioso ni confrontamos con ninguna creencia, pero el gospel es una expresión sacra, que inevitablemente habla de Dios y de su mensaje, con letras muy directas. Hay una suerte de rama pagana del género, que es el soul. Mientras que en la formación grande somos más puristas e intensas, en este coro trabajamos las canciones con un tono más amistoso, con mucho respeto y sin alejarnos del concepto eclesiástico en el timbre de la voz, en la forma de cantar y en la estética de la presentación para ser fieles a lo original”, añade el cantante, fundador y director.

Bárbara Palacio, una de las sopranos del grupo, destaca que “el público se está familiarizando con esta música porque les llega a los corazones con su mensaje de esperanza; hemos visto gente llorando en las plateas y que nos ha dado grandes devoluciones, que nos alientan a seguir en esta propuesta”. “Nuestros arreglos son distintos de las canciones originales, lo que permite una llegada empática especial al público, que se mete de lleno desde el inicio en la propuesta, con desafíos muy fuertes”, aporta Laura Escalante, otra de las cantantes.

Ambas integran los dos coros: mientras que en el de más integrantes hay un importante acompañamiento de la masa de voces en bloque, en el que actuará esta noche en Tucumán hay mayor lucimiento individual.

Gandulla asume el rol de productor, aunque reconoce que también canta en privado. “No sé si elegí cumplir esta función o si ella me encontró a mí, pero lo cierto es que me encuentro a gusto. Mi objetivo es que a las personas que reciben nuestra propuesta les suceda algo, no me basta con crear un hecho artístico porque sí. El gospel nos representa como personas por un conjunto de cosas, más allá de lo religioso”, concluye.