La final de la Copa Libertadores 2018 entre Boca y River está llamada a ser una de las más atractivas de la historia desde lo deportivo, pero también desde lo económico: el campeón se quedará con 6 millones de dólares, mientras que el subcampeón acumulará 3 millones.

El primero de los dos encuentros  se disputará mañana, desde las 17, en La Bombonera, con la televisación de Fox Sports.  A diferencia del resto de las series de la fase final de la Libertadores, este encuentro definitivo no tendrá al gol de visitante como criterio de desempate, por lo que en caso de igualar en puntos y goles, el campeón se decidirá el próximo sábado 24 en el estadio “Monumental” en suplementario o penales.

La definición protagonizada por los dos equipos argentinos más importantes será la última de la vieja modalidad, ya que a partir de la próxima Libertadores habrá una sola final, al estilo europeo, que se jugará en Santiago de Chile.

Por todo esto, la expectativa por los cruces entre Boca y River trascendió las fronteras. Los partidos son noticia en todo el mundo, y al menos 1.000 periodistas de 25 países solicitaron un lugar para presenciar la ida, que se jugará mañana en la Bombonera.

Pero lo económico no es solo para  los clubes, pues bien la parte ilegal también entra en este tipo de eventos. Se sabe, el fútbol es un negocio cada vez más lucrativo para muchas personas que no tienen nada que ver con el deporte. Y la mafia de los trapitos y de los revendedores de entradas son los principales beneficiarios de esta súper final de Libertadores.

Negocio millonario

En el sitio Viagogo.com, plataforma secundaria de compra-venta de entradas para espectáculos en directo, se pueden encontrar plateas que van desde los $ 55.000 hasta los $ 180.000. También se ofrecen populares entre $ 40.000 y $ 50.000.

Días atrás, Boca presentó una denuncia ante el Ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires por reventa de entradas

También hay entradas disponibles para asistir al Monumental: una platea Centenario Baja en la cancha de River, para presenciar la gran definición del torneo continental, cuesta $180mil.

En las páginas consultadas, la disponibilidad era escasa, pero la oferta (así como la demanda) podrá crecer más cerca de acá hasta pocas horas del partido.

Trapitos, un dolor de cabeza

Los trapitos son el otro negocio involucrado. La barra se encarga de manipular este negocio ilegal y tan polémico en la sociedad. Los "cuida-coches" tienen una zona de operación cada vez más grande.

Los trapitos llegan a cobrar dinero que uno ni cree que sea cierto. Para este primer partido en La Bombonera, por un auto podrían a llegar a cobrar $350.

El dinero, muchas veces, queda íntegramente para la barra brava, que también controla los puestos de comida rápida dentro y en las cercanías del estadio, en un negocio mafioso y millonario para gente que no tiene nada que ver con el fútbol.

A través de un informe elaborado por Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market, se puede saber cuántos millones moverá esta final de Libertadores.