“Aquí no vienen príncipes ni princesas, vienen seres imperfectos, que es más divertido” dice el cartel en la entrada al “Jardín de Natalia”, un maternal que tiene 25 años de antigüedad ubicado en el barrio Oeste 1.

Mandalas de todos colores pintadas en las paredes y cortinas verdes manzana. Palos de hockey, pelotas de rugby y de fútbol en distintos canastos. Una rayuela pintada en el piso del patio y juguetes de todo tipo muy bien ordenados. Todo parece indicar que es un jardín como cualquier otro, pero no. Su dueña, Natalia Sobral, y los maestros del equipo de educación les enseñan a los niños desde el primer día que los juegos y los deportes no tienen género.

“Lo importante es saber que aquí todos son capaces de todo, tanto varones como mujeres pueden lograr lo que quieran, no importa el género”, resaltó Sobral a LA GACETA.

La biblioteca tiene muchos libros, pero ninguno cuenta las historias tradicionales. “Una vez una nena escribió su propio cuento. En la historia, era ella quien terminaba salvando a un príncipe. Esta perspectiva le da mucha fuerza a las nenas que a veces, con los mensajes que da la sociedad, terminan en una posición más débil”.

La palabra del ministro de Educación

El ministro Juan Pablo Litchmajer conoció la historia del jardín de barrio Oeste 1 y manifestó que la enseñanza en la primera infancia marca el rumbo para toda la vida. 

"Los chicos aprenden a respetar la igualdad en la diversidad. Así tendremos asegurado un futuro de tolerancia y respeto, algo que nuestra sociedad tanto necesita", expresó el funcionario a LA GACETA. 

A su vez, se sumó al mensaje de que el deporte une y no divide y detalló que desde el ministerio plantearon una serie de deportes mixtos, para instalar categorías que superen lo tradicional. 

"El jardín de Natalia es un ejemplo y un orgullo para nosotros, enseñar que la perfección es solo una utopía genera en nuestros alumnos una esperanza y un espiritu de superación que fortalece la personalidad y el crecimiento de una persona", dijo sobre el afiche que recibe a los niños en la puerta del establecimiento.

El ministro opinó que las escuelas que hay en la provincia aparentan ser del siglo XIX y los niños -aclaró- son del siglo XXI. "Debemos estar a la altura como Estado junto a las familias para preparar chicos y chicas para el mundo que viene y los temas de interés que replican en el país".

Un mensaje para los papás

En referencia a los temas sobre educación sexual, Natalia aclaró que dentro de la currícula de su jardín no se tocan en forma explícita, ni hablan acerca de las relaciones sexuales, ya que son muy chicos para entender sobre ese tema, por lo que instó a los padres a sacarse esa preocupación.

“Por supuesto que no hablamos de sexo, como se está difundiendo que se hace. Son muy pequeños para aprender algo así, ni siquiera tienen la duda. Cuando hablamos de familia, nuestro equipo menciona sí menciona todas las posibilidades que existen en nuestra sociedad, que es la realidad misma y que está perfecto”, expresó Sobral.

Natalia y el equipo de maestras educan 65 niños aproximadamente por año. Cada fin de ciclo organiza eventos que les dejen una enseñanza a los chicos desde esta concepción del género. Los materiales que entrega (como las carpetas y los diplomas) son todos iguales para varones y mujeres.

“Uno de los nenes se colgó una cartera y cargó un muñeco, ¿qué tiene de malo eso? El nene ve a su papá haciendo lo mismo con su hermano e imita a su propio padre. Somos los adultos los que contaminamos la cabeza de los niños”, señaló la líder del equipo.

La maestra contó que muchos años después se encuentra con sus ex alumnos y que le da orgullo ver cómo siguen manteniendo el pensamiento inclusivo y la aceptación de las diferencias de la sociedad, “que implica ver al otro que no es como yo, pero que no es menos que yo, sino igual”.

Por su parte, las maestras y el profesor de educación física que acompañan en la educación del de los niños apoyan el sistema y están de acuerdo con la línea de pensamiento del resto, al mismo tiempo que los padres, que son informados sobre esta forma de educarlos.

Anécdota

Una nena celebró su cumpleaños en el jardín de Natalia y la temática que eligió fue la de su héroe preferido: el Hombre Araña. Uno de los nenes preguntó inocentemente si en realidad el personaje debía ser utilizado por un varón. Ahí intercedieron las maestras explicando que las cosas, los dibujos, los personajes y los colores no tienen género. Que son libres de elegir lo que les guste.