“El Estado se retiró de los barrios vulnerables. El eslabón que vemos siempre es el uniformado, pero ahí tiene que entrar lo social, la salud, la educación, las ONG. Hay que trabajar con esta gente, Ellos conocen las problemáticas sociales y médicas y ahí se tiene que ver la presencia del Estado”, dice el prefecto general René Vicente Reibel, de la Prefectura naval, quien habló de las complejidades del combate al narcotráfico. Reibel visitó LA GACETA junto a Héctor Muzzio, experto en seguridad urbana y bancaria, y Nicolás Dapena Fernández, experto de las Naciones Unidas en terrorismo y armas químicas, y ex funcionario de Lucha contra el narcotráfico. Los tres asistieron en la Legislatura a una jornada sobre “Evolución y estado del delito complejo”, junto al diputado nacional José Cano, vicepresidente de la comisión de seguridad interior de la Cámara Baja.

Reibel explicó que los delitos complejos -terrorismo, narcotráfico, trata de personas y tráfico de armas- deben tener tratamiento especial. “Si no sabemos quiénes son nuestros vecinos, no sabremos cómo movernos ni la seguridad que brindamos. Colombia, Perú y Bolivia son los primeros proveedores del mundo de la cocaína; y Paraguay, de la marihuana. Arrancamos de ahí y de los planes para erradicar la droga y de cómo las bandas criminales han ido buscando nuevas rutas. Nuestro país es muy grande; la frontera nuestra es porosa. Además, tenemos tratados como el Mercosur que, en el caso de la hidrovía, muestra la complejidad del problema: la hidrovía nace de una ley específica para mejorar el comercio entre los países. Los barcos vienen cargados desde Bolivia, y sabemos lo que es Bolivia con respecto a la cocaína; vienen cargados desde Paraguay, y también sabemos del tema de la producción de marihuana”.

En ese sentido, explicó que se hace difícil controlar por parte de la Aduana y de las fuerzas de seguridad. “Necesitamos leyes especiales, y en eso se está trabajando. Además, las bandas tienen todo el poder económico, y además no tienen que respetar normas; mientras que nosotros tenemos que trabajar con la ley, la justicia y los presupuestos. Con la asunción del nuevo gobierno fue fundamental que se dieran pautas como Argentina sin narcotráfico. Se dieron 15 o 20 puntos que operan como ideas fuerza. A partir de eso hubo cambios y aportes tecnológicos. Estamos recibiendo cuatro embarcaciones israelitas, con inversión de 80 millones de dólares; se están poniendo tres centros de control con inversión de 35 millones de dólares; se han comprado 40 escáners para los aeropuertos más importantes del país”.

En ese marco, ¿cómo se enfrenta el narcomenudeo, que ha tomado los barrios vulnerables? “Las bandas pelean por un lugar. Hay una ley para que las provincias se hagan cargo; Tucumán aprobó una ley pero la Justicia dice que no están aún dadas las condiciones con juzgados y fiscalías. Y el narcomenudeo es lo que trae la violencia, porque la gente se pelea por la venta y los números son importantes”. Ahí se ve, dice, la ausencia del Estado. “En el Gran Buenos Aires se criticó la presencia del puntero político que ayudaba a la gente que no tenía trabajo y ese lugar lo ocupó otra persona, el dealer, que sigue repartiendo plata y tiene otro poder adquisitivo”.

Cano mencionó el video difundido hace pocos días, donde se ve a una persona disparando con una ametralladora en villa 9 de Julio. “Tiene que ver la venta de armas en plano local y lo que implica el crimen organizado. ¿Cómo llega esa arma a una villa, de dónde salen las municiones? Hay una ilegalidad que tiene que ver no sólo con el narcotráfico sino también con el retroceso del Estado en las villas. Acá piden más fuerzas federales y ya han venido 600 efectivos. Ahora están llenos de detenidos, las comisarías y las cárceles, sobrepasadas en capacidad e infraestructura. Hay un cóctel de situaciones”. A esto se añade, dijo, que “el narcomenudeo muestra una crisis social pero también muestra que hay un Estado que no está presente y en muchos casos lo hace porque hay complicidad del delito con el poder político, como se vio en el caso Trayán, que era asesor categoría uno del Poder Legislativo”.

Dapena añadió que se necesitan nuevas miradas. “El preventor debe tratar de interrumpir la venta; hay dos formas, persiguiendo al que vende o al que compra. En Holanda se erradicó la prostitución poniendo el acento en el que pagaba. Una salida creativa es pensar cómo hago para que el que compra deje de financiar el sistema y también cómo hago, sin dañar demasiado al comprador no conflictivo, no delictivo, no adicto -sino el 70% que el lunes va a ir a trabajar- deje de comprar. Al final de cuentas lo que tenés que lograr es que los narcotraficantes no ganen plata”.