Crecimiento cero (I)

El significado es realmente triste. Cuando los argentinos apostaron a otro modelo con tanta esperanza, este resultado es caótico. El gobierno de la Nación conducido por Mauricio Macri y su equipo tendrán la dura tarea de anunciar en los próximos días esta nefasta medición: ¿qué significa crecimiento cero? Significa que todos los proyectos fijados en cuanto a crecimiento nacional fracasaron. La industria ya comenzó a mostrar síntomas terminales, llevando adelante la reducción de personal para poder afrontar los gastos en servicios, que se convirtieron en factor determinante con un resultado previsible: despidos seguidos de cierre. Las PyME nunca pudieron encontrar estabilidad, sumado a que tampoco se les otorgó una línea de crédito confiable y les abrieron las puertas a la importación, poniendo un competidor con ventaja a favor por las condiciones monetarias que favorecen al extranjero y perjudican al argentino. El cierre definitivo de las pequeñas y medianas empresas pueden verse en la cantidad de locales vacíos en los puntos comerciales del centro. El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y la ilógica condición de éste, de suspender la obra pública, fue determinante para el crecimiento nacional. Ellos entienden que es un gasto innecesario para su usurero sistema, pero para cualquier gobierno es perjudicial, más para los argentinos que en gran parte viven de la construcción y son el verdadero crecimiento nacional. De salud y educación no vale la pena hablar, ya que está a la vista, las universidades públicas no dictan clases continuas, ya no somos el país con el mejor calendario de vacunación y el PAMI es rechazado por las farmacias. El asistencialismo social debe ponerse en marcha. Muchos argentinos se ven muy mal y es una condición innegable; los pronósticos no son buenos y nos urge la unión político-social para afrontar una vez más estos embates. Habrá tiempo para juzgar a los responsables, pero los más humildes, primero.

Williams Fanlo

willyucr@gmail.com

Crecimiento cero (II)

Los legisladores nacionales tienen el muy importante deber de tratar el Presupuesto para el próximo año, más allá de las letras grandes y chicas o de las incorrectas chicanas del Gobierno. Es una obligación de argentinos (en manos, hoy, de los legisladores) de analizar con particular atención, y sin que ni por un momento sean los signos políticos los que pudieran volverlos permisibles, ante nada que no se ajuste a la realidad y a proyecciones del futuro. Las malas experiencias en cuanto a las raras formas de evaluar lo que vivimos, a saber: una sociedad “que ya no da más”, de acuerdo a predicciones “honestas”, nuestro Presidente aseguró que los jubilados íbamos a ganarle a la inflación. Ha pasado menos de un año y lo que perderemos frente a los aumentos del costo de vida y de los servicios significa más de un 13%; patético, y del Fondo de Sustentabilidad de la Anses poco se habla. ¿Será que se han hecho perdiz como los U$S 13.000 millones que se gastaron, por inútiles esfuerzos para contener al dólar? A esta moneda que sólo la serena el grado de confiabilidad y de equilibrio fiscal. Lo cierto es, que más allá de los viajes de Dujovne, ministro de Economía de la Argentina, más los llamados de Macri a Trump, más otros líderes políticos del mundo, pareciera que nada va a cambiar a causa de la desconfianza generada por nuestro país en el mundo. De hecho, el cambio lo darán la inteligente capacidad, los sanos principios morales, la humildad, la inclusión dentro de las esferas gubernamentales de hombres capaces, aunque no pertenezcan a Cambiemos. Que en vez de salir con pocos confiables timbreos den la cara, y enfrenten cada marcha de protesta, con funcionarios de porte y traten de asumir la obligación de escuchar y diligenciar en pos de respuestas coherentes y concretas.

Héctor Leonardo Bravo

hectorbravo1940@hotmail.com

Daños en San Pedro de Colalao

En mis habituales visitas a San Pedro de Colalao comprobé con tristeza este último domingo que había sido destruida, por acción de un vandalismo miserable, la estatua que representa al pueblo de esa villa y que fuera erigida en conmemoración a los 150 años de su creación. Fue inaugurada el 9 de enero de 2004, y en la base tenía la inscripción que decía “Al pueblo de San Pedro de Colalao y sus ancestros”. Era el homenaje al auténtico colaleño. Con este lamentable hecho se humilló a toda la población. Ojalá se sancione a los irresponsables de su destrucción.

Franco Augusto Fogliata


francofogliata@hotmail.com

¿Alguien ganó en la universidad?

¿Hubo ganadores y perdedores en el reciente conflicto universitario? “Siempre es positivo cuando una medida de fuerza que afecta a miles de personas se levanta, luego de varias semanas de conflicto” (LA GACETA). “El Gobierno nacional ofreció un incremento de entre un 24% y un 26%” ¿Pan para hoy, y hambre para mañana? Una propuesta claramente desfavorable para docentes y padres que viven de un emolumento ¿Razones? Según el último informe de la consultora económica Ecolatina, la inflación de 2018 se encamina a exhibir la tasa más alta desde 1991 y cerraría en un 45% ¿Una “gambeta” gubernamental “contenedora”, para un horizonte de nubarrones desconcertantes? La lucha rinde. ¿Motivos? El último ofrecimiento del Gobierno nacional se realizó por las movilizaciones, si no hubieran mantenido la oferta de 15% en tres cuotas” (Ariel Osatinsky). La docencia, junto a la conducción de Adiunt, frente a las preocupadas autoridades por la falta de clases, acompañaba a los estudiantes en reclamo por el boleto estudiantil gratuito al Concejo Deliberante, “contra la suba del boleto votada por concejales de Germán Alfaro y de Juan Manzur”. Docentes, padres y alumnos son los únicos preocupados por el derrotero de la educación. Universidad y país asolados por la miseria material. “¿Quieren más, sus señorías? En estos días, un hombre, Dios, un pobre desgraciado hombre de letras, porque la pobreza no discrimina entre profesiones liberales y manuales, murió de hambre, hambriento a la carta, y se comprobó después de su muerte, que no había comido desde hacía seis días. (“Destruir la miseria” de Víctor Hugo).

Pedro Pablo Verasaluse

palo1965@hotmail.com

Turnos de Anses

Al gerente de Anses le digo que soy dueña de un ciber en el centro de San Miguel de Tucumán, y entre otros servicios que brindamos a nuestros clientes, esté el de sacarles un turno en la página de Anses para diferentes trámites, ya que algunos de ellos no tienen acceso a internet y es la única manera que tienen de lograr que en Anses los atiendan. Nosotros brindamos un servicio a todas las personas que no pueden levantarse a la madrugada para intentar sacar un turno, o no tienen tiempo o quizás no cuentan con una computadora en su casa; o no saben cómo hacerlo. Además de sacarles el turno, los asesoramos acerca de qué formularios deben llevar para el trámite que intentan hacer. Los atendemos amablemente; les preguntamos (si el sistema nos permite elegir) qué horario prefieren y en qué sucursal. En definitiva, cumplimos un rol muy importante en la cadena entre usuario y Anses. No cobramos $ 500 ni mucho menos; el costo varía entre $ 50 y $ 100, dependiendo del tipo de trámite. Desde hace tres semanas, aproximadamente, la página de Anses para sacar turnos está funcionando de manera irregular y no nos permite, a mí y a otras personas que se dedican a lo mismo, poder brindar ese servicio. Los turnos no salen para ningún trámite, o salen de manera esporádica y aleatoria en cualquier momento del día. El crédito que les prometen a los jubilados es una utopía; juegan con su ilusión y su tiempo, ya que no es posible para ellos acceder al crédito porque no pueden conseguir el turno. No se puede por internet ni por el 130; menos pueden lograr que los atiendan en Anses sin turno.

Celia G. Katz


cibernet830@hotmail.com

Acompañemos a las mascotas

Hace un par de días leí una nota aludiendo a “qué sienten y hacen las mascotas cuando mueren”. En un intento por educar a los dueños, el texto hacía hincapié en la necesidad del animal de tener la compañía de “su humano” al momento de morir con o sin eutanasia. Para muchos de nosotros que rescatamos a las mascotas que otros abandonan y les damos nuestra casa de hogar, cada uno de ellos es nuestro hijo y por más enfermedades, dolencias y muertes que hayamos acompañado y vivido, por más que nos temblara la voz y el pulso en nuestro último “No tengas miedo”, “Todo va a estar bien”, por más que intentemos tragarnos el terror que vemos en sus ojos para que ellos no lo sufran, jamás podremos saber “qué sienten cuando mueren”. Sólo podemos vislumbrar lo que nosotros sentimos: la máxima impotencia de saber que no somos esos “dioses” que ellos, nuestros amados pequeños, en nosotros veían.

Karina Zerillo Cazzaro

zercazza@gmail.com

Conflicto en San Javier

Tengo 85 años y vivo muy preocupado y entristecido de observar cómo nuestro país se viene deteriorando constantemente, y así vemos cómo pequeñas cosas, como el caso del barrio “Las Pirámides” que se encuentra en un litigio judicial entre la UNT contra la familia Sosa, oriunda de ese lugar de San Javier. La Universidad pide el desalojo de ese pequeño sector de tierra agreste del cerro, donde están levantando una zona con viviendas por cuenta propia, aduciendo que la tierra les pertenece. Preocupado por esta situación y para ver cuál de las dos partes tiene la razón, fui a conocer el lugar para poder expresar mi opinión. El sábado pasado llego al lugar y observo que la tierra no es plana, es agreste, y que está del lado Oeste del cerro, por lo que va a ser difícil hasta hacer buenos caminos. Ya están edificadas varias casas y se aprecia que están con entusiasmo y encariñados con el lugar.

Ramón Ingalina

Junín 1.648
, San Miguel de Tucumán

Excusas

Es notable que las reflexiones de Mauricio Macri tengan una pluralidad de aplicaciones, que van mucho más allá de la política. En particular, quedé admirado cuando un periódico nacional hizo notar que su sabiduría y enseñanzas pueden ser aplicadas a un posible rompimiento de relaciones afectivas, e incluyó una recopilación de sus más notables pensamientos. Entre estas excusas de ex enamorados figuraban: “Veníamos bien, pero pasaron cosas”,“No crecimos en este tiempo”, etcétera. Sin embargo, me extrañó la ausencia de la excusa que supuestamente es la más común a la hora del adiós: “no sos vos, soy yo”.

Leonardo Peusner

leonardo.peusner@gmail.com