“Sana, sana, colita de rana”, decimos madres y abuelas, mientras acariciamos el lugar del golpe. Nuestro niño deja de llorar, permite que lo abracemos y en unos segundos sale corriendo otra vez. ¿Magia? No. ¿Palabras que curan? Un poco... hablar del dolor siempre ayuda a mitigarlo. Pero, por sobre todo, lo que ocurre tiene una explicación fisiológica.

“Si por cada terminal nerviosa de la piel hubiera una neurona en la médula, esta sería así de ancha -explica sonriente Maximiliano Müller mientras separa una mano de la otra unos 30 cm-. La Naturaleza es ahorrativa y eficiente; entonces lo que sucede es que la misma vía nerviosa transmite el sentido del tacto y el del dolor. Cuando frotamos el lugar del golpe, estamos estimulando el tacto, y con ello la sensación dolorosa disminuye”.

Müller es el médico responsable de la Unidad del Dolor del hospital Padilla. Sí, aunque suene raro y por ahora sea escaso, en el sistema público de salud hay equipos de profesionales que se dedican a hacer mejor la vida de los dolientes (el otro centro funciona en el Hospital de Niños).

Una enfermedad

“El dolor, cuando es agudo, cumple una función importantísima para la preservación de la especie (ver “Para qué sirve el dolor”); pero al hacerse crónico, patológico, puede ser un verdadero infierno, muy discapacitante. Nosotros lo consideramos una enfermedad en sí misma”, sigue explicando. Es que hay mucho que aprender.

Por ejemplo, que para enfrentar el dolor se dispone de un montón de alternativas; además de las medicamentosas, hay disponibles tratamientos kinésicos, otros mínimamente invasivos (por medio de agujas se colocan anestésicos, o se estimula con electricidad, por ejemplo), neuromodulación (dispositivos que modulan la percepción que llega al cerebro del dolor)... Pero también que muchas veces eso no alcanza.

“No todos percibimos el dolor de la misma manera; por eso es inadmisible la respuesta (bastante frecuente) que reciben los pacientes: ‘las imágenes no justifican ese dolor’. El umbral de sensibilidad es personal y se construye a lo largo de la historia de sufrimiento de cada uno”, dice, contundente.

Y agrega: “con frecuencia, la solución no es el medicamento, pero los médicos solemos no saber dar otras respuestas. Y nos cuesta aceptar -y reconocerle al paciente- que hay huecos donde incluso, desde lo técnico, no hay respuesta.

Escuchar

Lo de la factible falta de respuestas se refiere -aclara- a lo técnico, ámbito en el cual -aclara de nuevo- cada día se descubren nuevas posibilidades. Pero cuando esas posibilidades se agotan, queda la palabra (como en el “sana, sana...”).

“En la vorágine del consultorio y de los hospitales mandan el apuro, el suponer que sabemos... Los médicos somos poco empáticos -insiste-; si escucháramos al paciente, si conociéramos su historia, podríamos actuar mejor”.

Por eso es fundamental -resalta- un equipo interdisciplinario, que, como mínimo, cuente con un médico formado en tratamiento del dolor, psicólogo y enfermero. Y por eso, también, han organizado las Jornadas del Dolor de la región NOA (Ver nota aparte), destinada a formar profesionales y estudiantes de todo el ámbito de la salud.

“Es urgente tomar conciencia de que el alivio del dolor y del sufrimiento es un derecho de la gente y una obligación del Estado garantizar ese derecho”, advierte Müller. Y puede dar una buena noticia: durante las jornadas se lanzará el Programa Provincial de Dolor y Cuidados Paliativos.

> Para qué sirve el dolor

Señal de alerta: “algo anda mal”, avisa

El dolor es una experiencia que pueden experimentar todos aquellos seres vivos que disponen de un sistema nervioso central. Esa  experiencia está asociada a una lesión en los tejidos o se expresa como si esta existiera (el dolor puede ser también emocional). Es el producto de mecanismos neurofisiológicos que modulan la información del daño físico a diferentes niveles y en diferentes partes, y la lleva hasta el cerebro, que de esa manera es advertido de que una zona del organismo está expuesta a una situación que puede provocar una lesión. El objetivo de esos mecanismos, cuando el dolor es agudo, es evitar o limitar los daños, y hacer frente al estrés.

> Jornadas del Dolor - NOA
La cita es el viernes y el sábado próximos

Se llevarán a cabo en el anfiteatro de la Dirección de Emergencias Sanitaria (avenida Brígido Terán 380), y están destinadas a profesionales y estudiantes de disciplinas relacionadas con la salud. Organizaron AAED (Asociación Argentina para el estudio del dolor), SANE (Sociedad Argentina de Neuromodulación) y el Ministerio de Salud provincial. Se abordarán temas como neuroplasticidad, evaluación inicial del paciente, patologías de la columna vertebral, patologías de la región perineal y urológica. Variedad de tratamientos. El viernes se lanzará oficialmente el Programa Provincial de Dolor y Cuidados Paliativos. La inscripción es gratis.