Toda obra importante que se ejecuta en una ciudad para beneficio de la comunidad, suele provocar trastornos, especialmente a quienes viven en sus inmediaciones. Pero una vez que esta ha sido concluida y que rinde frutos, las penurias se olvidan o, por lo menos, pierden la intensidad de la molestia ocasionada. La construcción del Desagüe Pluvial Solano Vera-San Luis se viene realizando en el corazón de Yerba Buena, desde mayo de 2016. Ha provocado los desvelos, la bronca y la impotencia de los vecinos afectados que tienen sus negocios sobre la avenida Solano Vera.

El presidente de la Cámara de Comerciantes afirma que el panorama es desolador; llevan más de 120 días con la arteria cortada. “Han cerrado 26 negocios. No se vende nada. A los clientes les resulta imposible acceder. Y cuando llueve es peor. Con la cantidad de barro, ni los propietarios pueden entrar... (El intendente Mariano) Campero nos había dado su palabra de que iba a hacerse cargo de la situación. De que no iban a quedarse sin dinero. Y de que la Municipalidad nos acompañaría. Nada de eso ha sido cumplido”, dijo el dirigente.

El vecino posee un negocio en la Solano Vera, pero en unos días lo cerrará porque “nadie viene”. “Es feo ver que el sueño que emprendí, en el que puse todo, se va en minutos. A esto no lo recupero más... nadie lo ve. Nadie nos ve. No estoy en contra del canal, pero no a costa nuestra”, le explica a nuestro diario.

Según el intendente, los imprevistos no se deben a asuntos presupuestarios, sino administrativos, debido a que la empresa solicitó unas modificaciones que deben ser aprobadas por los organismos internacionales de crédito. “La obra no se ha paralizado. Tampoco se ha quedado sin fondos. Y estamos dentro de los plazos”, afirmó. Los comerciantes razonan que si los pagos se atrasan, la obra también y eso les produce mayor quebranto económico.

En octubre pasado comenzó a cortarse por tramos la avenida Solano Vera; sin embargo, los comerciantes expresaron su disconformidad, y en varias ocasiones pidieron a las autoridades alicientes para el sector por las pérdidas sufridas. La obra completa debería estar terminada a fines de 2018, según estimaciones de funcionarios municipales.

Para entubar el canal San Luis, una de las obras más grandes de infraestructura pluvial en ese municipio, se tuvo que demoler el pavimento en la avenida Solano Vera, desde la Plaza Vieja hasta el cruce con la Aconquija, y levantar las platabandas de esta última trocha, desde El Mástil hasta la calle Uruguay. Se trata de un trabajo de largo aliento y de grandes proporciones, que servirá para evitar inundaciones durante la temporada estival en la zona central, oeste y sur de esa ciudad.

Es incuestionable que la obra, que se proyectó en 2005, debía hacerse en algún momento, pero se debieron tomar los recaudos para evitar o minimizar el perjuicio a terceros, en este caso, a los comerciantes. El cierre de 26 negocios habla del quebranto que les ha ocasionado a estos vecinos, que se han quedado sin su medio de vida en muchos casos. El costo social es elevado. ¿Quiénes se hicieron cargo del cierre de los comercios? Antes de iniciar los trabajos, debió preverse que esto podía suceder y diseñar estrategias para emergencias. La obra va a concluir con buena suerte a fines de 2018, pero la Municipalidad debería definir claro qué hacer que esta situación se agrave en caso de que surjan otros imprevistos.