La palabra derrumbe salió del anonimato para los tucumanos desde el 23 de mayo pasado, cuando el ex cine teatro Parravicini se desplomó y mató a tres personas que circulaban en ese momento por la vereda. Las grietas de varios inmuebles antiguos que ya existían, se hicieron súbitamente visibles, generando inquietud en los vecinos. En la mañana de ayer, empleados municipales cortaron la calle Maipú al 200, porque la columna de un local del Mercado del Norte presentaba fisuras y se corría el riesgo de que cediera y se viniera abajo el local.

Un ingeniero municipal dijo que los obreros se ocuparon del apuntalamiento y la colocación de vigas en el techo para evitar que se cayera. “Hay una columna de ladrillos que habían construido -supuestamente los dueños el comercio- de forma preventiva, pero se agrietó... Desalojamos el negocio por precaución. Si esto se viene abajo será terrible. Hace un par de meses que se viene con el problema. Las maderas son de hace poco pero no te resisten nada... se está analizando qué ocurrió pero parece que alguna vez había una pared provisoria que se habría sacado para hacer el negocio más grande y ahora todo el peso está cayendo en el medio”, le explicó a nuestro diario.

El episodio reaviva en tema antiguo y postergado, como es la modernización del Mercado del Norte. Cada tanto el asunto se pone sobre el tapete, pero rápidamente cae en el olvido. El tradicional centro de compras, ubicado en pleno centro de la ciudad, tiene una historia plagada de conflictos; en más de una ocasión se dijo que se lo tiraría abajo para erigir un moderno paseo comercial. Protegido por la ordenanza municipal 1.773/91, se construyó en 1880 sobre los terrenos que ocupaba, desde mediados del siglo XIX, el Mercado del Algarrobo, y que pertenecían a la ciudad. A comienzos del siglo XX, el edificio no resultaba apto para el movimiento comercial de la zona y el intendente Roque Raúl Aragón decidió tirarlo abajo y construir otro.

El inmueble actual fue erigido por la empresa Salmoiraghi y Omodeo y el presupuesto fue de $1,7 millón. El proyecto original contemplaba un restaurante importante en la terraza. Fue inaugurado el 9 de diciembre de 1939 por el entonces intendente José Lozano Muñoz. En esos momentos era uno de los mejores mercados de Sudamérica por sus cámaras frigoríficas y otros adelantos tecnológicos y arquitectónicos; tenía 250 puestos.

En 1998, durante la intendencia de Oscar Paz hubo un intento de transformación del Mercado, al que le siguieron otros de Jorge Uasuf (1999), Raúl Topa (2000), Antonio Álvarez (2002), Marta de Ezcurra (2003), Domingo Amaya (2004 y 2008) y el actual jefe municipal Germán Alfaro (2015). Ninguna administración ha podido hasta ahora acordar con los puesteros una solución social que permita la reconversión del edificio. Otras ciudades han recuperado sus viejos mercados municipales, como sucede con el de Córdoba, que data de 1927, cuya fachada fue respetada, pero por dentro se ha desplegado una modernidad que impacta a sus visitantes.

¿Por qué no consultar a quienes reciclaron con éxito estos paseos comerciales? ¿Por qué en otros lugares se concretan proyectos como estos y en Tucumán, no? ¿Incapacidad para dialogar? ¿Miedo a tomar decisiones? ¿Habrá que esperar que se desplome una parte del centro de compras y muera alguien para tomar medidas?

El año que viene el Mercado del Norte cumplirá 80 años y por lo visto, como reza el dicho, seguirá “con el pescado sin vender”.