Pedro Paz y su familia no tienen descanso desde la tarde del domingo pasado, cuando comenzaron a buscar a Priscila. La joven es madre de un niño de tres años y trabajaba en un hotel ubicado en El Manantial, sobre la ruta 301. Fue vista por última vez en la mañana del domingo, cuando abordó un colectivo desde su trabajo hasta su domicilio, en San Pablo.

Ayer por la mañana, Paz mantuvo una reunión con las autoridades judiciales que investigan el caso y luego regresó a San Pablo para participar de la búsqueda.

“Le pido a Dios que mi hija resista y que no esté sufriendo. Me duele pensar que ande sola y que esté pasando frío”, se lamentó Paz.

“Jamás pensé que nos iba a pasar algo así. Los días pasan y no hay novedades. El resultado final de la búsqueda tiene que ser que encuentren a Priscila. Tengo esperanzas de que va a aparecer”, señaló a LA GACETA. Sobre los momentos posteriores a la desaparición de la joven, Paz explicó: “A las 7.15 salí a esperarla, como siempre. Pensé que no había regresado porque tenía que reemplazar a alguna compañera de trabajo”, señaló.

Ordenan la detención de un joven que estaría vinculado con la desaparición de Priscila

Paz contó que por la tarde se dirigió al hotel donde trabaja su hija y que allí le dijeron que se había retirado a primera hora. “Ahí tampoco saben qué sucedió, me dijeron que mi hija había tenido una jornada de trabajo normal, sin incidentes”, agregó.

Sobre la búsqueda, Paz reconoció que: “se está trabajando, los cortes de ruta no fueron como una queja, sino para solicitar que se intensifique la búsqueda”, indicó.

Cortaron otra vez la ruta a San Pablo para exigir la aparición de Priscila Paz

El padre de Priscila contó que desde que su hija desapareció, recibió decenas de versiones y que todas fueron aportadas a la fiscala Carmen Reuter, a cargo de la investigación. “Ella viajó hasta Ohuanta junto a una conocida. Eso lo tenemos confirmado. Pero no sabemos qué le sucedió después”, indicó Paz, quien agregó que mantenía una buena relación con su hija.

“La última vez que la vi fue en la tarde del sábado, antes que se fuera al trabajo. Me dijo: ‘Chau, pá’, y se marchó. Habíamos quedado en que iríamos al parque con mi nieto”, recordó entre lágrimas.