La pelota que se utilizará en el partido inaugural del 14 de junio entre Rusia y Arabia Saudita, en el estadio Luzhniki, de Moscú, llegará a la Tierra procedente del espacio, donde pasó los últimos dos meses. El balón estuvo a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS), a 400 kilómetros de altura de la superficie terrestre, con tres cosmonautas rusos que durante los últimos días jugaron con él, flotando a causa de la falta de gravedad.

Si todo marcha según lo previsto, la pelota y los tres astronautas aterrizarán mañana a las 9.40 (hora de Argentina) en una cápsula Soyuz. Los aguardan en la estepa de Kazajistán, y desde allí la pelota será trasladada directamente a Moscú, a unos 2.500 kilómetros de distancia. El seleccionado local no gana partidos desde hace ocho meses y los hinchas dudan de lo que pueda hacer en el Mundial. Tal vez la “pelota espacial” los ayude.