El productor cinematrográfico Harvey Weinstein se entregó a las autoridades de una estación de la Policía de Nueva York, acusado de cometer delitos sexuales, meses después de caer en desgracia desde su sitial de poder en Hollywood porque decenas de mujeres lo acusaron de conducta indebida.

Más de 70 mujeres acusaron al cofundador del estudio de cine Miramax y de Weinstein Co de conducta sexual inapropiada, incluyendo violaciones, y algunos casos se remontan a hechos que habrían sucedido hace décadas.

Las acusaciones, publicadas primero por el diario New York Times y la revista New Yorker el año pasado, dieron origen al movimiento #MeToo, en que cientos de mujeres han contado públicamente conductas inapropiadas de hombres poderosos en el mundo empresarial, político y del entretenimiento.

Weinstein, que negó haber tenido alguna vez sexo sin consentimiento, llegó a la estación policial con tres libros bajo el brazo, incluyendo lo que parecían ser las biografías de los exponentes del teatro musical Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II, y de Elia Kazan, director de clásicos de Hollywood como "Nido de Ratas" y "Un Tranvía llamado Deseo".

Funcionarios de la policía lo escoltaron hacia el interior del recinto, mientras decenas de periodistas empujaban barricadas para sacar tomar imágenes. Tres helicópteros sobrevolaban la escena. Se espera que luego Weinstein se presente ante un tribunal de Manhattan, donde un juez lo liberaría bajo fianza, según reportes de medios.

Weinstein sería acusado de violación a una mujer y de forzar a otra a practicarle sexo oral, informó el New York Times, citando a funcionarios judiciales no identificados. El portavoz del empresario, Juda Engelmayer, y su abogado Benjamin Brafman declinaron comentar a Reuters el jueves sobre los cargos inminentes.

Los cargos serán presentados tras una investigación de varios meses que involucró a la oficina del fiscal del distrito de Manhattan.


La víctima en el caso de violación no ha sido identificada, según el New York Times, pero Weinstein será acusado de violación en primer y tercer grado. El otro caso involucra acusaciones de Lucia Evans, una ex aspirante a actriz que dijo al New Yorker que Weinstein la forzó a practicarle sexo oral en 2004.