Pañuelitos, té y abrigos. Llegó el frío y con él nos equipamos para sobrellevarlo lo mejor posible. En esta época es muy común volverse víctima de los resfríos, las alergias y la tos, pero afortunadamente se puede prevenir.

Hay personas más propensas que otras a enfermarse, y ellas son las que tienen bajas defensas. Por eso, al igual que preparamos el exterior de nuestro cuerpo para afrontar el frío, también tenemos que "abrigar" el interior. Una manera muy sencilla de hacerlo y sin darnos cuenta, es reforzar la alimentación.

“La naturaleza es tan sabía que nos da frutas y verduras con alta fuente de vitamina C en invierno”, explicó la licenciada en Nutrición, Priscila Aiachini.

Ventajas de la vitamina C

Funciona como antioxidante y levanta las defensas, por lo tanto, ayuda a evitar enfermedades. Pero hay que tener en cuenta que es un complemento: “no es milagrosa. Nada voy a poder evitar si no hago las cuatro comidas diarias recomendadas y ejercicio”.


Según la especialista, además de respetar la alimentación, lo ideal sería hacer actividad física por lo menos tres horas a la semana.

 - Frutas que contienen la vitamina: naranja, cereza, kiwi, melón, frutilla y pomelo, etc.

 - Verduras que contienen la vitamina: pimiento, hojas verdes, brocoli, coliflor, tomate, repollo, espinaca y limón, etc.


Desayuno ideal

El desayuno es la primera comida del día y también la principal. Es importante que contenga: un lácteo (leche, yogurt o quesos –todos descremados-); un cereal, pan, galletas o avena, y frutas (enteras, licuadas o en jugo). Si cumplís esos tres ingredientes te asegurás energía para todo el día además de los siguientes beneficios:

- Mejorar la digestión

- Levantar las defensas

- Controlar el hambre

- Activar el metabolismo


"Desayunar bien y no saltear comidas es la clave para controlar el apetito y no comernos la heladera", concluyó Aiachini.