La docente M. B. M, de Concepción, vive días de terror. No duerme y tiene miedo de salir a la calle desde el jueves pasado cuando Oscar “Boca y Dulce” Rodríguez (54 años) se escapó mientras gozaba de una salida transitoria “por estrechamiento de vínculos”. Hasta ahora nada se sabe sobre él.

Sucede que éste hombre, condenado a 38 años de prisión por los delitos de homicidio simple y violación agravada reiterada, y abuso sexual reiterado, es el que la atacó y la sometió a sus bajos instintos el 6 de abril del 2005.

Fue cuando la joven permanecía a la orilla de la ruta esperando un transporte que la trasladase a un establecimiento educativo. Ahí apareció Rodríguez como un supuesto transportista rural que se ofreció a llevarla.

“Boca y Dulce” cometió el delito luego de fugarse durante una salida transitoria que se le otorgó, a pesar de cargar una condena a 20 años de prisión. Esta había sido dictada el 4 de abril de 1997 por la Sala Penal IV. Se lo halló culpable de los cargos de homicidio simple y violación agravada reiterada en concurso real.

“La fuga de Rodríguez reavivó en mi cliente los daños psicológicos que sufrió durante el ataque. Y uno trata de encontrarle una explicación a lo ocurrido con ese hombre y otra vez aparece la negligencia”, dijo el abogado Sergio Faiad, quien representa a la mujer.

Demanda

Rodríguez había cumplido menos de la mitad de su condena cuando se le otorgó el beneficio que favoreció su primera fuga y luego el abuso a la joven de Concepción. Por esa razón M.B.M le demandó al Estado provincial por “daños y perjuicios”. Planteó que fue abusada por “Boca y Dulce” cuando él debía “estar custodiado y no en libertad, si no estaban dadas las condiciones para su salida de la cárcel”.

El 12 de febrero de 2016 la Sala III de la Cámara en lo Contencioso Administrativo dejó firme el fallo de primera instancia -apelado por prescripción- mediante el cual condenó a la provincia a idemnizar a la víctima con el pago de unos $ 130.000.

“El Estado no abonó aún lo dispuesto por el tribunal, pero lo más grave es que además mi cliente se siente expuesta ante un sujeto de alta peligrosidad y prófugo”, expuso Faiad.

La Cámara en lo Contencioso fue contundente al fallar a favor de la víctima: “los antecedentes reunidos en la causa revelan que la provincia incurrió en incumplimiento o ejecución irregular del servicio penitenciario a su cargo, por la falta de servicio, a través del agente penitenciario encargado de la custodia de Rodríguez durante su salida del penal. La fuga del penado hace prever la posibilidad de la comisión de un hecho dañoso, como aconteció”.

Y añadió: “se puede constatar la afectación que ha sufrido la actora como consecuencia del delito cometido en su contra conforme el informe psicológico, en el que surge que ésta presenta signos y síntomas compatibles con un trastorno por estrés postraumático de varios años de evolución”.

La fuga

Esos antecedentes se agregan a los últimos que arrastra Rodríguez en el penal de Concepción. Ahí a fines de diciembre del año pasado protagonizó un motín con otros cinco reclusos que duró varios días.

El jueves 9 Rodríguez, fue beneficiado por una salida transitoria por estrechamiento de vínculos. Así fue trasladado con una pulsera electrónica hasta la casa de su pareja, ubicada en Pasaje Avellaneda 91 de Simoca.

Ahí fue dejado en la mañana y cuando a la tarde la custodia fue a retirarlo, ya no se encontraba ahí. Rodríguez, según se constató, se arrancó la pulsera a la hora de haber salido en libertad.