En las últimas dos décadas la población de demonios de Tasmania, de la isla australiana del mismo nombre, se vio diezmada en un 80% debido a unos contagiosos tumores faciales. Esta situación hizo temer la extinción de esta especie de marsupiales carnívoros.

Sin embargo, el hallazgo de ejemplares sanos en una zona remota de Tasmania ha reavivado las esperanzas en la comunidad científica de poder salvarlos. Los 14 ejemplares libres de la enfermedad infecciosa, de entre 10 meses y cinco años, fueron encontrados durante una expedición de conservación científica en las bahías de Wreck y Nye, en el suroeste de la isla de Tasmania, informó a DPA David Pemberton, del programa para salvar la especie.

“El hallazgo es muy significativo. Lo más importante es que la localización geográfica está totalmente aislada del resto de la población”, destacó. El científico se mostró seguro de que hay más ejemplares en las mismas condiciones.

El diablo de Tasmania (Sarcophilus harrisii), que debe su nombre a los gruñidos que emite y a su hábitat, es el mayor marsupial carnívoro del mundo. Un adulto puede alcanzar los 70 centímetros de largo y pesar 12 kilogramos.

Los científicos recogieron excrementos para analizar su microbioma (uno de los dos sets de genes que posee un organismo) además de tejido de biopsias de oreja. Las muestras están siendo analizadas en laboratorios para estudiar la diversidad genética de los animales sanos y compararla con las poblaciones infectadas.

“Encontrar demonios con diversidad genética nueva nos dará quizá una oportunidad de salvar la población”, dijo Pemberton, que subrayó la limitada diversidad genética de estas especies.

Catherine Grueber, experta en genética de especies, apunta que el hallazgo es importante porque la población estudiada hasta el momento en el resto de Tasmania ha declinado rápidamente y además está fragmentada.