Están los equipos que crecen de la mano de un jugador puntual, que necesitan de ese toque distinto que le aporta su “estrella”. Pero también están esos futbolistas que comienzan a subir sus acciones a la par de su equipo. El caso de Matías García puede definirse como una mezcla de ambas situaciones. “Caco” es una de las banderas de San Martín, que sueña en grande. Con su andar desfachatado y esa gambeta desorbitante, fue importante para que el equipo sumara puntos claves en las últimas jornadas y pueda llegar al duelo de esta tarde con la ilusión a flor de piel.

Claro, así como él fue determinante en los últimos juegos, con goles importantes y actuaciones por encima de la media; puede decirse que comenzó a crecer en su juego justo cuando el equipo arrancó su marcha en este tramo de la temporada.

“Nunca bajé los brazos. Era consciente de que no venía en un buen nivel, pero seguí trabajando con las mismas ganas”, explica el volante en diálogo con LG Deportiva, antes del gran partido de hoy contra Instituto.


Luego de arrancar el año siendo suplente, García se ganó un lugar en el equipo en el cotejo contra Estudiantes, de San Luis. Pese a la pobre imagen que dejó San Martín aquella tarde, él fue importante con una asistencia para que Claudio Bieler pudiera salvar el punto.

Luego vinieron los goles en los triunfos sobre Santamarina y Nueva Chicago. “Los resultados siempre ayudan. El equipo comenzó a sumar y eso también influyó en que yo recuperara mi nivel”, advierte antes de lamentarse por haber quedado al margen del duelo contra Almagro, el pasado fin de semana. “Siempre quiero jugar y la verdad es que me dolió perderme ese partido. Justo venía bien, recuperando el juego, marcando goles y me tocó parar. Lo importante es que ahora estoy limpio de cara a lo que queda del torneo”, resaltó.

Pero la suspensión es historia y hoy “Caco” será, junto a Juan Galeano, el encargado de generar el fútbol que el “Santo” necesita para sacarse de encima a la “Gloria”, el primer obstáculo de los últimos seis escalones al cielo. “Es un partido importantísimo. Estamos muy ilusionados, pero también somos conscientes de que debemos seguir creciendo en el juego para acercarnos a lo que todos queremos”, dice Matías, que sabe que nada es fácil en esta B Nacional tan pareja como desconcertante. “Faltan seis fechas para el final y ninguno de lo de arriba pudo escaparse. Eso nos ayudó mucho, pero sabemos que no podemos mirar más allá. Tenemos que enfocarnos en jugar bien y ganar”.

Ese combo buscará hoy San Martín en el partido más importante, quizás, de los últimos tiempos. “Tenemos que ganar como sea porque sino servirá de poco todo lo que hicimos. El club está en una linda situación, ordenado, por lo que nosotros debemos pensar sólo en jugar. Hay que ganar para devolverle algo a la gente que cumple con nosotros y para darle alegría a una hinchada que nunca nos dejó solo”, concluye García enfocándose solamente en el juego de la vida.

El gol de Yamil Garnier, a los 38 minutos del primer tiempo, se festejó más en La Ciudadela que en Junín. Con ese tanto, Sarmiento dio el golpe y venció al líder Aldosivi, que sumó su segunda derrota en fila, y dejó a San Martín ante la gran oportunidad de dar un salto impensado hace algunas jornadas.

En caso de sumar los tres punros, el “Santo” podrá subirse a una cima compartida con Atlético de Rafaela y el “Tiburón” si es que se da una combinación de resultados. Pero más allá de eso, los dirigidos por Darío Forestello podrían quedar muy bien ubicados par la recta final del torneo. “Hay que pensar en ganar este partido; nada más”, pidió, casi tajante, Juan Galeano.

Además de la derrota de Aldosivi, ayer Independiente Rivadavia dio la nota al vencer de visitante, en la última jugada, a Villa Dálmine por 1 a 0. Mientras tanto, Los Andes superó 2 a 0 a Brown de Adrogué, en un partido en el que la violencia volvió a tomar progagonismo. Dos grupos antagónicos de la barra “Milrayitas” se enfrentaron en las tribunas durante el juego, y los incidentes dejaron un saldo de casi 140 detenidos, según se informó.