HOY

• A las 22, en Posada La Casona (av. Sarmiento 960, Aguilares).

Empezó como solista y pasó por algunos grupos. En Riff tocó con Pappo, Moro y Vitico, y grabó uno de los mejores discos de aquella legendaria banda. Después retomó su carrera solista. Entonces Juan Antonio Ferreyra empezó a llamarse JAF, y ocupó los primeros planos con su voz, con su guitarra y con su sello personal.

Apenas bajó del avión que lo trajo de Buenos Aires y en camino a Aguilares, donde se presenta junto a su hija, Virginia Ferreyra, se prestó a la nota telefónica al cierre de esta edición.

“Cada vez que he venido a Tucumán he pasado momentos inolvidables por cómo me han tratado. Creo que en todas partes la gente del interior es única, y siempre hay una gran apertura para con el forastero. Es algo que nos hace sentir muy bien y nos predispone para hacer lo que venimos a hacer, que no es ni más ni menos que nuestra gran vocación. Quiero destacar una presentación muy, pero muy especial, que hago junto a mi hija”, expresa.

- ¿Desde cuando están juntos en este camino?

- Desde hace muchos años. Todo empieza alrededor de sus siete años. Hoy tiene 23 y va segura a los escenarios. Para mí es un gran honor, un gran placer y una cosa magnífica que me llena de orgullo. Pero ella no es ni más ni menos que un artista argentino más entre los nuevos valores que están surgiendo en nuestro país. Está lleno de artistas jóvenes muy talentosos que recogen el sentimiento popular del lugar donde viven y después lo cantan. Eso forma parte, indudablemente, de lo que es la cultura nacional actual. Y es un documento único que podemos leer los adultos si escuchamos las letras que escriben las nuevas generaciones.

-¿Siempre les falta promoción?

- Sí. En los últimos años se ha digitado mucho la difusión de los artistas. Hay algunos que no la tienen y otros que sí, cuando en realidad todos merecen la misma oportunidad porque una vez que se dan a conocer es el público el que elige.

- ¿Qué pensás del reconocimiento?

- Tuve la gran suerte de que en algunos momentos de mi carrera mis canciones fueron difundidas en los grandes medios. Muchas canciones mías son conocidas, pero hay muchos pares de una altura mucho mayor que no son conocidos. No debería ser así. Creo que la cosa empieza en el colegio primario: darles oportunidades para que se desarrollen en la música y después difundirlos en los mismos colegios. Cuando lleguen a la adolescencia ya están bien parados. A los 17, si tienen la pasta correspondiente, ya pueden ocupar el lugar que se merecen.

- ¿Cómo es el show?

- En esta ocasión tocamos Virginia y yo sólo con nuestras dos guitarras. Eso nos permite armar un show muy íntimo, personal. Esa es la propuesta, sin acartonamientos. Tenemos una lista de temas, pero siempre estamos atentos a lo que expresan nuestros fans. Uno tiene que estar predispuesto porque son ellos los que nos transforman en profesionales.

- ¿Hacés baladas, rock and roll, rhythm and blues, y qué más?

- Un montón de cosas. Con Virgi hacemos una lista muy variada, pasando por temas que nos gustan a nosotros, de nuestros ídolos -Creedence, Deep Purple, Los Beatles- y de muchos otros artistas. Por otro lado hacemos canciones propias de ella, y canciones mías, así como hits de artistas británicos, norteamericanos o australianos cantados en castellano.

- Eso fue lo que hiciste -muy bien- a dúo con Adrián Barilari (vocalista de Rata blanca). ¿Volverá ese show?

- Hicimos 82 shows a lo largo de 14 meses, pero no es posible volver este año porque Adrián tiene compromisos con Rata Blanca, y un disco de salida inminente con una banda que suena genial. Yo también estoy con disco nuevo, “Instinto”. Era muy divertido; venía la familia completa, como va a venir esta noche, en Aguilares. A nosotros nos encanta que venga la familia porque es el mejor de todos los ambientes para compartir música.