Los inversores analizarán esta semana el impacto del choque entre Estados Unidos y China después de que el presidente Donald Trump anunciara medidas comerciales contra el país asiático y Pekín advirtiera sobre posibles represalias, contribuyendo a frenar una escalada de las bolsas mundiales. En sus niveles actuales, el índice MSCI de las acciones globales apunta a cerrar el primer trimestre del año con su peor desempeño desde un descenso del tercer trimestre de 2015. Aún así, este indicador sigue alrededor de máximos históricos y duplica con creces su nivel de la crisis de 2009.

“Los mercados están diciendo que estos aranceles van a cortar una historia de crecimiento global que parecía bastante fuerte (...) veremos operaciones con altibajos hasta saber el efecto (de los aranceles) en las ganancias empresariales”, dijo Jamie Cox, de la firma Harris Financial Group.

Trump firmó el jueves un memorando que permite imponer aranceles por hasta 60.000 millones de dólares a importaciones de China. Pekín instó a Washington a “retroceder desde el borde” pero afirmó que no tenía miedo a una guerra comercial.

Aparte, la agenda cercana incluye la lectura final del comportamiento del producto bruto interno (PBI) de Estados Unidos en el cuarto trimestre, dato que arrojaría un aumento de 2,6% según los pronósticos de los analistas encuestados por la agencia internacional de noticias Reuters.

También se divulgará la medición de febrero de la inflación subyacente medida en base al gasto del consumidor (PCE, por su sigla en inglés). Las previsiones apuntan a una cifra anual muy moderada de 1,5% en este índice, que sigue de cerca la Reserva Federal para decidir las tasas. De confirmarse estos datos de la actividad económica y la inflación, crecerían las expectativas de que la Reserva Federal (FED) se apegará a su libreto de un ajuste monetario gradual en 2018, en lugar de optar por un camino más estricto, una preocupación que se sintió en los mercados este año.

China instó el viernes a Estados Unidos a “retirarse del borde”, luego de que los planes del presidente Donald Trump de imponer aranceles por hasta 60.000 millones de dólares a importaciones chinas acercaron a las dos economías más grandes del mundo a una guerra comercial. Las tensiones crecientes entre Pekín y Washington agitaron a los mercados financieros, ya que los inversores prevén consecuencias nefastas para la economía mundial si las barreras comerciales comienzan a subir.

Trump planea imponer las tarifas sobre lo que su Gobierno dice que es una apropiación indebida de la propiedad intelectual estadounidense. El año pasado se lanzó una investigación al respecto bajo la Sección 301 de la Ley de Comercio de Estados Unidos de 1974. Respondiendo a los aranceles de importación de Estados Unidos sobre el acero y el aluminio que entraron en vigor el viernes, aunque Trump los anunció previamente este mes, China reveló planes para imponer tarifas por hasta U$S 3.000 millones sobre importaciones estadounidenses incluyendo fruta fresca, vino y nueces. “China no espera estar en una guerra comercial, pero no tiene miedo de participar en una”, informó el Ministerio de Comercio de ese país. “China espera que Estados Unidos retroceda desde el borde, tome decisiones prudentes y evite arrastrar las relaciones comerciales bilaterales a un lugar peligroso”, agregó.