Se conocieron detalles de la millonaria estafa a la sucursal santiagueña de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), y por cuyo caso se encuentra prófugo y con pedido de captura internacional un tucumano que se desempeñaba como segundo jefe. Algunos de los titulares de las pensiones truchas llegaron a cobrar cifras que en total superan el millón de pesos.

De acuerdo con la información que figura en los expedientes que maneja la Justicia Federal, Paola Conte, una de las primeras detenidas en la causa, habría percibido más de $1.240.000 desde el primer al último cobro. La imputada es esposa de Héctor Lucatelli, con quien aparentemente, de acuerdo con fuentes de la investigación, habrían fraguado su divorcio para poder "casarse" con jubilados muertos (con actas de matrimonio apócrifas) y cobrar cada uno de ellos una pensión derivada, informó el diario santiagueño "El Liberal".

Celeste Lucatelli, hermana de Héctor y cuñada de Conte, habría cobrado más de $ 867.000; en tanto que lo percibido por Luis Villar (sería empleado de Héctor Lucatelli en un comercio dedicado a la venta de repuestos de motos) llegaría a una cifra cercana a los $ 700.000.

De los 30 casos detectados por la Anses de pensiones derivadas que se cobraban indebidamente, se conocieron los montos percibidos por estas personas que están enfrentando la imputación de estafa calificada.

Detuvieron a la "mano derecha" del tucumano con pedido de captura internacional

Una mujer de apellido Bracamonte también figura en el expediente y, según esa documentación, habría cobrado cerca de $ 850.000. En la información también aparecen personas de apellidos Buitrago, Castagna y Castilla, quienes cobraron $ 300.000, $ 440.000 y $ 300.000.

De acuerdo con la investigación, un hombre de apellido Chávez sería el que habría cobrado la mayor pensión trucha: cerca de $ 1.440.000. En el podio también se encuentran: un señor Martínez ($ 1.081.000), una mujer de apellido Montenegro ($ 1.225.000); y un sujeto de apellido Salvatierra ($ 1.230.000).

En el otro extremo, de los que menos cobraron (porque las pensiones se entregaron hace pocos meses), aparecerían una mujer de apellido Villar, que percibió $ 176.000; y un joven que sería de apellido Mussi ($300.000).

El mecanismo de la banda que otorgaba estas pensiones consistía en que el primer cobro que venía con "jugosas" sumas retroactivas y se repartía entre toda la cadena de cómplices. Posteriormente, la mensualidad era cobrada únicamente por los beneficiarios truchos.