Ocupar un lugar que se comparte con la familia para guardar el maquillaje, como el placard del baño, no será bueno para nadie: seguro todo terminará desacomodado y hasta tus pinceles amojosados por la humedad. Si decidís armar tu propio espacio, antes de empezar vale la pena saber algunas pautas que proporcionan los profesionales: la luz es fundamental, por ejemplo.

El soporte es lo primero a definir: se puede optar por un escritorio, un dressoire (de estilo será lo mejor), un estante flotante o una cajonera, todo de acuerdo al espacio disponible en la habitación. Después, el espejo sigue en la lista de prioridades: al principal se le puede agregar otro de aumento, muy útil cuando se necesita marcar detalles.

OPCIONES 1. Cuando se tiene poco espacio. 

¿Es mejor un riel de luces o dejar las del techo con lámparas de relleno? Sonia Carbonell, maquilladora tucumana que estudió en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón de Buenos Aires, argumenta que la luz natural es la ideal, pero que no siempre la tenemos “a mano”. Entonces, hay que recrearla: “se puede lograr mezclando una luz cálida con otra fría. Nunca hay que tener una sola luz en el techo, porque nos dará mucha sombra y nos pondremos maquillaje en exceso sin darnos cuenta. Con un aplique cerca lo solucionamos. Si armás un tocador con focos alrededor, intercalá una lamparita de luz fría con otra de luz cálida”.

Cuando está la base armada, Carbonell destaca que hay que ser cuidadosas con el maquillaje: “si ubicaste el dressoire pegado a la luz o al lado de la ventana, las bases o los correctores (en realidad todo lo cremoso) se pueden derretir, oxidarse o perder la pigmentación original”.

Aliados

Carbonell señala que son necesarios, a la hora del makeup, las toallitas demaquillantes, que es lo más rápido para corregir en el momento y para limpiarse de noche (“lo ideal sería un agua micelar con algodón”); una crema hidratante; un protector solar (“sobre todo los que tienen color, que son un excelente reemplazo de las bases”); un arqueador de pestañas (“tiene que ser de buena calidad, sino corremos el riesgo de cortar el pelo; la gomita debe ser de silicona”); una pinza de cejas; un set de pinceles (“no hace falta que sean miles de pinceles ni carísimos”) y un sacapuntas.

DE PIE. Un organizador de madera, que podés encargar a un carpintero.-

Por último, revela un secreto: “la gente se olvida de los labios que se secan: quedan células muertas, se craquelan, se les forman cascaritas y cuando se ponen un labial mate queda feo. Por ello siempre hay que tener a mano una manteca de cacao o un cepillito (como el de dientes que estás por reemplazar) para pasarte por los labios y hacerte una exfoliación”.

La teoría del orden

Marie Kondo es una escritora japonesa que está considerada la “Reina de la organización”, y resalta en sus obras que un entorno ordenado y limpio transmite tranquilidad y mejora tu capacidad de concentración. Sus libros -best-sellers en todo el mundo- dedican algunos capítulos al orden del baño y lo relacionado con el maquillaje. Para empezar, señala que hay que agrupar las cosas por categoría (cosméticos para la piel, por otra parte los productos de belleza, por ejemplo) y después hay que tocar cada elemento y determinar cómo nos hace sentir: si nos da alegría o tranquilidad, hay que conservarlo; si transmite energía negativa, hay que deshacerse de él.

ROSA Y BLANCO. Tres vasos de cerámica sirven para ubicar los pinceles y brochas; el resto, en organizadores de acrílico y algodoneras de vidrio.

A continuación Kondo aconseja que hay que tirar los cosméticos caducados porque pueden irritar la piel (en general suelen vencerse entre los tres, seis o doce meses) y deshacerse de aquello que se haya guardado durante mucho tiempo, pero que nunca se usó, como muestras o regalos.

Florencia Aramayo, conductora de tV
“Tengo un espacio para el maquillaje en mi casa: encargué un mueble a medida con espejo, rodeado de luces. Por mi trabajo estoy bien equipada, además hice un curso y vi muchos tutoriales para ser más independiente con el makeup. Lo fundamental en mi espacio son todas las toallitas demaquillantes de Neutrógena y un agua termal de hierbas; también una buena base, un rubor y un delineador. No uso sombras. Tampoco rímel, porque tengo extensión de pestañas que me hago una vez al mes. Desde hace poco uso una crema satinada para el pómulo de Mac. Muchos labiales y una crema HD para colocarme antes del maquillaje: cubre imperfecciones y en la cámara no brillo.
> El consejo
Florencia Aramayo, conductora de tV

“Tengo un espacio para el maquillaje en mi casa: encargué un mueble a medida con espejo, rodeado de luces. Por mi trabajo estoy bien equipada, además hice un curso y vi muchos tutoriales para ser más independiente con el makeup. Lo fundamental en mi espacio son todas las toallitas demaquillantes de Neutrógena y un agua termal de hierbas; también una buena base, un rubor y un delineador. No uso sombras. Tampoco rímel, porque tengo extensión de pestañas que me hago una vez al mes. Desde hace poco uso una crema satinada para el pómulo de Mac. Muchos labiales y una crema HD para colocarme antes del maquillaje: cubre imperfecciones y en la cámara no brillo.