Por primera vez juntos. Dos de los pintores más importantes que transformaron la figuración, se exponen en Londres.

Ese es el punto de partida de “Muy humanos: Bacon, Freud y un siglo de pintar la vida”, la nueva exposición de la Tate Britain que hace un exhaustivo repaso por los principales artistas figurativos británicos desde la segunda mitad del siglo XX a la actualidad.

La muestra, que recorre 11 salas de la pinacoteca, es según Laura Castagnini, una de sus comisarias: “una exposición sobre la vida y lo que es la vida. Los artistas no solo pintaban a personas sino también los lugares que formaban parte de su día a día”. Se muestran alrededor de 100 obras de algunos de los artistas británicos modernos más célebres, con Lucian Freud y Francis Bacon a la cabeza.

Es un repaso a la historia de la pintura figurativa del siglo XX que reúne a artistas como Walter Sickert, Stanley Spencer, Michael Andrews, Frank Auerbach, RB Kitaj, Leon Kossoff, Paula Rego, Jenny Saville o Lynette Yiadom-Boakye.

El binomio formado por Bacon y Freud además de dar título a la exposición ocupa un lugar de honor en la exposición.

Ambos artistas mantuvieron una estrecha amistad durante años, de hecho, Bacon llegó a pintar a Lucian en la obra “Study for a Portrait of Lucian Freud” (1964), uno de los grandes reclamos de la muestra, ya que hace más de medio siglo que no se mostraba en público.

Puntos de partida

Obras importantes y rara vez vistas de ambos autores están presentes. Se incluye, por ejemplo, el autorretrato de Freud, “Man’s Head” (1963), y sus trabajos “Frank Auerbach” (1975-76), donde se refleja cómo su estudio era el punto de partida para sus pinturas. Bacon, por el contrario, utilizó en numerosas ocasiones fotografías de amigos y amantes realizadas por John Deakin para plasmar sus obsesiones. También se encuentra en la exposición su “Estudio sobre Velázquez” (1950), una de las más de 40 reinterpretaciones que hizo a lo largo de su carrera del Retrato del Papa Inocencio X, del maestro español.

Se incluyen a artistas de generaciones anteriores como Walter Sickert y Chaïm Soutine, que retrataron una realidad íntima y subjetiva. O el trabajo de William Coldstream.