Máximo Abraham, el principal acusado de ser el autor del crimen de los policías Sergio Páez González y Cristian Peralta, dijo que él no fue el autor del hecho y que en realidad, lo acusan del doble homicidio para perjudicarlo con los negocios que llevaba adelante. Su teoría es para los pesquisas poco creíble, al igual que la explicación de lo que habría hecho en la madrugada del martes 13, día en el que ocurrió el doble homicidio.

Los uniformados que prestaban servicio en el 911 fueron ultimados a balazos cuando, según consta en el expediente judicial, realizaban un control de rutina en el parque 9 de Julio. Se detuvieron a identificar al conductor de una camioneta Toyota Hilux blanca que estaba con una mujer trans en la zona de La Rural. El sospechoso no les dio tiempo a nada: les disparó varias veces ni bien se bajaron de la camioneta en la que se trasladaban.

Los investigadores de Homicidios, al mando de los comisarios Jorge Dib y Diego Bernachi, comenzaron a sumar pruebas y a los dos días del hecho individualizaron a Abraham como el supuesto autor del hecho. Lo detuvieron el jueves en El Manantial. Creen que antes podría haberse ocultado en el sur de la provincia, en Catamarca y La Rioja. Habría regresado a la provincia para vender uno de los hoteles alojamiento que había heredado. Con ese dinero, según los pesquisas, el joven habría planeado viajar a Buenos Aires y de allí, a rehacer su vida en el exterior.

Confirmación

“Maxi”, como lo conocen sus amigos, cuando declaró ante la fiscala Adriana Reinoso Cuello confirmó que él tiene una Hilux blanca y que se la había adquirido a Darío Correa, que se dedica a la compra y venta de vehículos y que vive en Aguilares. Fue en su casa del barrio Roca que los investigadores encontraron el vehículo. También habría dicho, según confiaron fuentes cercanas a la investigación que viajaba mensualmente a pagarle la cuota que habían acordado.

Siempre según sus dichos, llegó hasta esa localidad del sur de la provincia. Después de entregar el dinero, se fue hasta La Cocha para concurrir a un baile de carnaval, pero se volvió porque había un control policial y tenía temor que las autoridades se la quitaran porque había estado consumiendo vino. Allí, por recomendación del vendedor, se fue a un festejo que se desarrolló en Los Sarmiento. También comentó que no estuvo solo, sino que lo hizo con una amiga cuya identidad se mantiene en reserva y que podría confirmar o descartar su versión.

Abraham habría declarado que después de ir a bailar se quedó a dormir en una casa que Correa se le había prestado. Se mostró tan convencido en esa coartada que hasta explicó que por eso los pesquisas encontraron una baranda de la Hilux y una remera suya que estaba manchada con vino.

“’Maxi’, al que lo conozco desde niño, llegó cerca de la medianoche del lunes porque me tenía que entregar un dinero de la camioneta que le vendí. Andaba paseando por esta ciudad porque quería divertirse. Después de un par de horas volvió a la capital. Y regresó al otro día a dejar la Toyota Hilux porque ya había decidido que yo se la vendiera lo más rápido posible. Quería comprarse otra nueva. Eso ya estaba pactado desde hace días”, comentó Correa en una entrevista que realizó LA GACETA y que fue publicada en la edición del sábado 17.

A simple vista, hay dos contradicciones en los dichos de ambos. Abraham nunca habló que había decidido vender la camioneta, sino Correa aseguró que volvió a Aguilares a entregársela para que la vendiera y por eso no debía considerar que él haya ayudado ocultado el rodado que había sido buscado intensamente por la fuerza.

Además, “Maxi” dijo que se había quedado a dormir en la casa que el vendedor de autos le había prestado. Sin embargo, Correa sostuvo que el acusado había vuelto a la capital. Los investigadores creen que es muy poco probable que el vendedor de autos se haya olvidado que Abraham pasó la noche en una de sus viviendas.

“La verdad es que cuando llegó a dejarme la camioneta esa mañana no lo vi nervioso o inquieto. Estuvo como siempre, dicharachero y sonriente. Es por ese motivo que dudo que él haya sido quien mató a los dos policías en la capital. Tendría que haberse exhibido diferente a como se mostró ante todos nosotros”, apuntó el aguilarense. Sin embargo, Correa advirtió: “aunque yo creo que él no fue, no pongo las manos en el fuego”.

Correa y otro empresario de esta capital, quedaron en la mira de la Justicia porque se sospecha que podrían haber colaborado en la fuga de Abraham. Pero es el aguilarense el que ahora aparece más complicado.