Te pasaste todo el año entrenando, sacando fuerza (sobre todo de voluntad) de donde sea para mantener la constancia. Y cuando lo estabas logrando, llegaron las fiestas. Después las vacaciones, el verano, el calor, la pileta, las juntadas y los festejos con cualquier excusa. Y también llegó el momento de volver al gimnasio y a los hábitos saludables.

Enero se fue y, más allá de lo que diga el calendario, febrero -y quizás el año- comienza mañana. Los gimnasios empiezan a desperezarse y los consultorios de los nutricionistas ya iniciaron la tarea de dar turnos. Los que se habían enganchado con una rutina fitness, quieren recuperarla cuanto antes.

“Lo que se ve es una ansiedad tremenda. En parte tiene que ver porque los que se fueron a la playa, por ejemplo, han visto buenos cuerpos y los han comparado con el suyo. Entonces vuelven con toda la ansiedad de querer todo ya. Está bueno tener esa necesidad de retomar los buenos hábitos, pero tampoco hay que dejarse paralizar por esa ansiedad. Todo debe ser progresivo”, recomienda Gerardo Epelbaum, coach ontológico y entrenador físico.

Las claves para volver a la rutina, según Epelbaum, son: primero, declarar el compromiso de retomar, aprovechar la energía positiva de las vacaciones para generar sentimientos de confianza en uno mismo y comprometerse con el ejercicio físico; segundo, diseñar los objetivos para el año que comienza (bajar de peso, aumentar masa muscular, disminuir el porcentaje de grasas, etcétera). “Un objetivo importante también es el acondicionamiento cardiovascular. Para eso hacemos primero algunos tests de frecuencia cardíaca en reposo y luego en aceleración y se trata de ir ajustando los parámetros. Lo fundamental en este y en cualquier objetivo es saber cuál es el punto de partida y a dónde se quiere llegar”, destacó el entrenador.


Lo que cueste retomar la rutina dependerá de varios factores, explica Epelbaum. “Se debe tener en cuenta la edad de la persona, el ritmo de entrenamiento que haya tenido antes de irse de vacaciones y de lo que haya hecho durante las vacaciones: si no han hecho nada de nada y se han dedicado a comer y beber únicamente... bueno, la cosa es un poco más complicada. Pero si se ha estado en movimiento, aunque sea caminar todos los días, retomar el ejercicio se hace más fácil. Para alguien que venía con buen ritmo, en una semana ya puede ver que recupera el estado anterior”, destacó.

Rutina alimentaria

Por un lado, el ejercicio físico. Por el otro, la dieta. O, mejor, los hábitos alimentarios saludables. “Yo veo que la gente vuelve desesperada para reorganizarse con la alimentación, porque han tenido demasiados ‘permitidos’ durante las fiestas y después en las vacaciones”, afirma la nutricionista Cecilia Battig. La frase más común que escucha en su consultorio: “no entiendo por qué comí tanto en las vacaciones”. “Yo tampoco entiendo, pero estoy segura de que nadie los ha obligado”, bromea.

Para retomar los hábitos alimentarios, lo primero es ordenarse. “El problema, más que lo que se come, es cómo se come. En las vacaciones nos desordenamos, comemos a cualquier hora, cualquier cosa, saltamos comidas, etcétera. En general en las parejas en las que ambos se ‘hacen pata’ para sostener la rutina alimentaria, los resultados son geniales. Pero si uno de los dos se tira al abandono, es más complicado. Durante las primeras semanas de volver la idea es, entonces, organizarse: hacer las cuatro comidas y las dos colaciones, retomar una rutina saludable. Y después se va haciendo ajustes. Nunca con los prohibidos, siempre con la educación alimentaria”, finaliza.


Continuidad.- “Esta vez, la idea es darle continuidad al gimnasio a lo largo de todo el año. Es importante darte tiempo para la actividad física porque logras despejarte, te ayuda mentalmente y renueva tus energías. Hay mucha gente que deja de ejercitarse por se viene fin de año y las Fiestas y otros que recién en diciembre quieren comenzar para salvar sus objetivos de verano en esos meses”. (Joaquín Asan Costa, 28 años).

Encontrar el deporte.- “Con los permitidos no nos hacemos problema, acá nos damos con el gusto porque después gastamos toda la energía. Es la primera vez que me pongo las pilas con algo. Con las chicas nos hicimos muy amigas así que venimos a pasar un buen momento y, de paso, hacemos gimnasia. Cuando encontrás el deporte que te gusta lo hacés con ánimo y no te importa el mes del año”. Florencia Catania (29 años, pole dance).

Una necesidad.- “Me costó un montón volver y comí mucho en las fiestas, pero sentí que ya necesitaba retomar. Hace cuatro meses que vengo y, cuando el cuerpo se acostumbra, haga calor o frío, este espacio se convierte en una necesidad”. Rafaela Pires (23 años, volvió hace una semana)

Fiestas, vacaciones, juntadas.- “Con la comida tengo literalmente cero cuidado, jamás puedo seguir las dietas al pie de la letra porque me gustan demasiado el asado y la cerveza los fines de semana. En enero es difícil arrancar porque tenés las fiestas, las vacaciones y las juntadas con amigos de por medio. Desde que volví de vacaciones me proponía el regreso al gimnasio pero lo dejaba pasar. Me dije: el primer día de febrero arranco, porque si no, no comienzo más”. Gonzalo Gigón (27 años, dejó el gimnasio en octubre y comenzó el jueves).

Retomar de a poco.- “Tuve muchísimos excesos con la comida. Suelo entrar en un periodo de descanso y empiezo a comer como loco, sobre todo comida chatarra y carbohidratos. Me costó bastante volver a arrancar, en diciembre uno hace un parate y perdés el ritmo de ejercicio. Entre la familia, eventos y amigos los hábitos saludables tienen un espacio más pequeño. Hay que ponerse las pilas para no matar la costumbre, creo que jamás hay que dejar de entrenar, sino después te aseguro que es más difícil tirar de nuevo y pasa factura el corte de la rutina. Hay que retomar el gimnasio de a poco, sin exigirte el mismo peso o velocidad que manejabas cuando eras constante en el entrenamiento. Tenés que respirar y, aunque estés exhausto, proponerte constancia y determinación. En esta etapa del año podés organizar tu agenda y horarios, después de marzo ya es demasiado tarde porque las excusas aumentan. Mariano Juri (30 años, actor).

La primera semana es dura.- “Al principio, siempre el regreso cuesta pero es hasta que le agarrás la mano y se convierte en un hábito. Volver a arrancar siempre es un poquito más duro y en las fiestas para mí es imposible cuidarme, pero se puede con perseverancia y focalización. La primera semana del regreso es dura pero no hay que bajar los brazos. Una vez que arrancás, vale el esfuerzo y las metas que te proponés”. Ariel Luna (20 años, se fue a Brasil a finales de enero, volvió el viernes).

Mérito propio.- “El tema del bienestar físico va más allá de una buena alimentación y del ejercicio; es una cuestión de cultura sobre nuestra salud, de quererse a uno mismo. Para mí la clave está en no pensar que ir al gimnasio es algo trabajoso sino beneficioso, es un mérito propio. En fin, hay que motivarse y no rendirse ni tampoco conformarse”. Héctor Álvarez.