Instituto y Villa Dálmine empataron 1-1 anoche en Alta Córdoba, en uno de los encuentros que abrió la fecha 13 de la Primera B Nacional y que terminó en escándalo por una insólita decisión del árbitro Julio Barraza, quien terminó el partido cuando el equipo de Campana se encaminaba al gol del triunfo.

Sucedió cuando transcurría el cuarto minuto de adición. La Gloria contó con su última chance tras un tiro de esquina, pero, entre decenas de piernas, la defensa del conjunto visitante pudo despejar el peligro de su área.

El reloj corrió apenas un par de segundos más y la acción derivó en un contraataque que parecía letal, pero que se interrumpió de manera abrupta e inesperada.

Dálmine, que con una victoria podía quedar como único líder de la categoría, no pudo concretar la inmejorable situación porque el juez entendió que, con el tiempo ya cumplido, correspondía decretar el final sin considerar el curso de la jugada.

Inmediatamente, los futbolistas de Dálmine iniciaron las protestas y Barraza tuvo que ser custodiado por la policía cordobesa, que evitó que los reclamos pasaran a mayores.