Son esas cosas que pasan muy pocas veces en la vida, pero para las que hay que estar preparados. Ángel Benjamín Rodrigo, comisario de la Policía de Tucumán, fue héroe por una noche. Adentro de una ambulancia y en medio de la ruta 307 ayudó a traer al mundo al hijo de Isabel Luna.

Rodrigo se desempeña en la Seccional Primera, en San Miguel de Tucumán. Pero había ido a pasar el fin de semana a Amaicha del Valle. Cuando regresaba, su vehículo sufrió un desperfecto y quedó varado. “Eran las 22 y  se me apga el auto mientras manejaba. Logro estacionar en una curva y pongo las balizas. Era la bomba hidráulica”, le explica el policía a LA GACETA. “el auto que íba atrás paró para auxiliarnos y llevó a mi familia hasta la ciudad. Yo me quedé solo. Estaba muy oscuro, no me podía ver las manos”, continúa.

No lo niega: en medio de la oscuridad sintió algo de miedo. Temía ser víctima de un robo o que se produzca un choque (la ruta a los Valles tiene una banquina angosta). Pero mientras esperaba que llegue la grúa sucedió algo a lo que califica de “maravilloso”. “Como a las 23, una ambulancia se paró detrás de mí auto. yo en mi desgracia, me acerque para ver si necesitaba ayuda”, relató entre risas el comisario. Carlos Yelma, el chofer de la ambulancia, le explicó lo que ocurría.

“Tenía a una chica muy jovencita, de 21 años, pero parecía de 16 o 17, y otro joven  de edad  similar(el padre, Agustín Costilla de 19 años). Ella estaba a punto de dar a luz. Carlos me dio unos guantes. La chica venía con un diagnóstico de agudos dolores en el vientre, los chicos no sabían que traían un bebe al mundo”, contó Rodrigo. “Hice lo que me enseñaron en la Escuela de Policía”, remarca.


COMISARIO RODRIGO. El policía "partero" con su uniforme diario. 

“Dios hizo posible lo imposible y el chico salió sólo; la chica casi que no hizo fuerza. Lo recibimos y al toque lo tapamos con una manta. Le hice los dos nudos al cordón umbilical con el córdon de mi zapatilla para cortarlo, porque en la ambulancia no había con qué. Cuando voy a buscar un cuchillo que tenía en el auto, estaciona un joven y nos dice que era médico y él le corto el cordón. Cuando se lo quisimos dar, la chica estaba confundida, no lo quiso recibir a la primera”, manifestó Rodrigo que se autoproclamo el “policía partero”. El bebé fue bautizado como Agustín Pablo.

La ambulancia siguió su camino hacia Concepción y Rodrigo se quedó esperando la grúa. Cuando Yelma volvió a pasar por el lugar, el policía todavía seguía allí, así que le dejó una gaseosa y continuó hasta El Mollar. La grua llego cerca de las tres de la mañana y el comisario pudo volver a su casa. 


EN MEDIO DEL CERRO. Rodrigo y el conductor de la ambulancia, luego del parto. 

En el hospital de Concepción le confirmaron a LA GACETA que la joven se encuentra en buen estado, al igual que el bebé.