La idea era desmantelar un quiosco más de venta de cocaína, pero los hombres de Drogas Peligrosas de la Policía Federal se llevaron una sorpresa. Además de las 220 dosis de pasta base que incautaron, en una humilde vivienda de San Cayetano encontraron una caja de balas con punta perforante.

Esas balas, según comentaron los pesquisas, sólo se las consigue en el mercado negro, puesto que su venta al público está prohibida. Su diseño permite perforar los chalecos antibalas que normalmente usan los equipos de elite que participan en los allanamientos.

En el interior de la vivienda también encontraron un revólver calibre 32 y documentación importante para comprobar que el jefe de la organización, que quedó detenido, tenía contratado entre dos y tres cadetes que se encargaban de llevar la droga a sus compradores.