Eduardo Etchepare demuestra que los sueños son impostergables y que nunca es tarde para cumplirlos: a los 82 años se recibió de abogado.

Para festejar el nuevo título, su familia le tiró huevos y lo embadurnó con pintura mientras él sostenía orgulloso un cartel que decía: “soy abogado”.

Eduardo es jubilado y a los 77 años comenzó Derecho en la Universidad Nacional de Córdoba. Hizo la carrera en cuatro años a pesar de que padece una discapacidad visual importante, necesita dos audífonos para escuchar, fue sometido a una operación de cadera y lleva un marca pasos.

“Eduardo quiere transmitir que no hay trabas, que se puede cumplir con todo lo que uno se proponga”, relató su hija, Julieta, al diario La Voz.